España desata la tormenta perfecta en Tbilisi (1-7)

La Roja arrasa a Georgia con Gayà como titular y completando el partido

Lamine Yamal hace historia doble con su debut y su primer tanto con la selección

Morata ha firmado un triplete en una de las mayores goleadas del cuadro nacional

Georgia - España: Las mejores imágenes de la goleada

Georgia - España: Las mejores imágenes de la goleada

Rafa Jarque

Rafa Jarque

Sin margen ni ganas para especular, la Selección Española saltó al césped del Dinamo Arena con la sexta marcha puesta directamente. La Roja cayó como un rayo en la tormenta de Tbilisi y Georgia se vio incapaz de hacerle frente. Siete goles, uno con aroma valencianista, que dan tres puntos importantes para encauzar la clasificación a la próxima Eurocopa tras el varapalo del último partido ante Escocia.

No tardó España en meter miedo. En la primera jugada del choque ya pisó el área de Mamardashvili y terminó pidiendo un penalti que, tras la revisión del VAR, no se concedió. Continuó el asedio y rozó el gol Le Normand en el minuto 14, pero remató fuera un gran centro de Dani Olmo. Fue el último aviso para Georgia. La siguiente ocasión, muy parecida a la anterior, sí alteró el marcador en el minuto 22. En esa ocasión el asistente fue Marco Asensio y el rematador, que sí encontró las mallas de la portería, fue Álvaro Morata.

El 1-0 desató aún más al equipo de Luis de la Fuente, que vio su oportunidad incluso de dejar el partido visto para sentencia. Y así fue. Cinco minutos después la Roja amplió distancias gracias a un centro de Fabián que Kvirkvelia se introdujo en su propia portería. El único que intentó poner solución al vendaval español fue el guardameta del Valencia. Giorgi evitó el tercero con una inmensa doble intervención a Fabián. Abandonado por su defensa, Mamardashvili no pudo estirar mucho más tiempo el milagro y en la recta final de la primera parte encajó otros dos tantos. En el 38 de Dani Olmo, que aprovechó la endeblez rival para llevarse un rebote y encontrar portería con un disparo al primer palo. Un minuto después, Morata firmó un doblete tras una gran combinación con Fabián Ruiz.

4-0 al descanso y partido finiquitado. Solo un despiste de la defensa nada más salir de vestuarios, aprovechado por Chakvetadze, cambió momentáneamente el guion. Se quedó en una mera anécdota porque España mantuvo el pie en el acelerador y no dejó que el combinado georgiano se metiera en el partido.

Cogió aire la Selección durante uno pocos minutos y volvió a la carga. Y lo hizo además manteniendo el nivel de efectividad de la primera parte. Ese que tuvo Morata, el capitán del equipo, para firmar un triplete. Fabián, mejor sin balón que sin él durante el partido, robó un balón peligroso, combinó con Merino y el centrocampista de la Real Sociedad filtró un pase que el ‘7’ no desaprovechó. Tres goles y dirección al banquillo para darle descanso.

Dos minutos después los hombres de refresco comenzaron a aprovechar la desesperación de los locales. Lo de Nico Williams fue un festín y su gol tuvo aroma valencianista. Gayà, categórico en defensa durante todo el partido, puso en ventaja al delantero del Athletic con un gran pase en profundidad. Nico hizo el resto, que no fue poco: dejó ‘roto’ al lateral con un cambio de ritmo de esos que rompen caderas, recortó a otro rival dentro del área y batió por bajo a Giorgi.

Georgia estaba noqueada y, aunque tratara de levantarse de la lona, España no le dejaba opción y seguía conectando golpes. Seis minutos después llegó el séptimo. Uno muy especial, y es que fue obra del debutante Lamine Yamal, la sensación del momento. El extremo de 16 años remató al palo largo un buen envío de Nico Williams que se paseó por todo el ancho del área georgiana. Lamine se convierte, así, en el jugador más joven en marcar con cualquier selección europea en partido oficial.

Tras muchos minutos sin dejar respirar a los georgianos, España fue poco a poco dando el trabajo por realizado y bajó alguna marcha. Los últimos minutos tuvieron menos ritmo aunque aún dispuso la Selección de ocasiones para hacer la goleada todavía más abultada. Con el pitido final, satisfacción absoluta. Por el 1-7, por los tres puntos necesarios para vivir más tranquilos el camino a la próxima Eurocopa y, también, para despejar las dudas de si el ‘escándalo Rubiales’ podría afectar al rendimiento de los jugadores.