Último intento por la permanencia

La victoria en el Wanda Metropolitano reaviva las esperanzas de salvar la categoría

Último intento por la permanencia

Último intento por la permanencia / EFE

El zarpazo granota en el Wanda Metropolitano ha revitalizado las esperanzas del Levante en remontar la situación clasificatoria del equipo. Ganar en casa del vigente campeón supuso un golpe de moral para los jugadores y para Felipe Miñambres. El de Astorga llegó a Orriols convencido de que aún era posible cambiar el rumbo. En su primer partido en el cargo vivió una dura derrota frente al Betis, pero en el segundo las sensaciones fueron opuestas y el equipo de Alessio Lisci dio la campanada contra el Atlético de Madrid.

El nuevo director deportivo granota aseguró desde el primer momento que iba a ser una figura cercana al cuerpo técnico y a los jugadores. Y así está siendo. En el descanso del encuentro contra el equipo verdiblanco ya bajó al vestuario. El leonés no estuvo de acuerdo con que Alessio diese entrada a otro central como Róber Pier cuando se lesionó Vezo: consideraba que era mejor introducir una modificación táctica y romper la defensa de tres centrales dado el dominio bético. Este miércoles bajó de nuevo tras un primer tiempo sensiblemente mejor del conjunto granota.

La decisión sobre Alessio

Uno de los frentes en los que Miñambres todavía puede mover ficha es el banquillo. Alessio Lisci, eso sí, cogió aire con la victoria en el Wanda. El director deportivo aún no descarta cambiar de entrenador si las sensaciones del miércoles no tienen continuidad y encuentra a un candidato que considere apropiado para el cargo.

El papel clave para decidir si se sigue apostando por el italiano lo juegan los futbolistas. Si estos, y en especial los capitanes, le respaldan, ganará crédito. Y es que el leonés quiere que el inquilino del banquillo de su equipo esté arropado ante una empresa tan complicada.

Dos partidos claves

La posibilidad de que vencer al Atlético de Madrid sea el esperado punto de inflexión pasa por darle continuidad. Algo que no sucedió cuando se estrenó el casillero de victorias en la jornada 20 contra el Mallorca y a continuación tocaba medirse a rivales directos como el Cádiz y el Getafe. Esta vez el calendario es caprichoso y el próximo lunes empareja al Levante con un equipo al que nadie conoce mejor que Felipe Miñambres: el Celta. El cuadro celeste se encuentra en un buen momento y está más cerca de Europa que del descenso. Ese encuentro se antoja vital para las esperanzas granotas, como también lo será el duelo directo contra el Elche que tendrá lugar en el Ciutat el próximo viernes 25. Obtener estos seis puntos metería de lleno al Levante en la pugna por salvarse. Después habrá que esperar diez días para visitar al Athletic Club en San Mamés.

Esta vez, a diferencia de otros tramos de la temporada, ya empieza a quedar poco tiempo y el margen de error es mínimo. Sin embargo, la fe y la implicación de Miñambres en su llegada a Orriols, unidas al golpe sobre la mesa en el Wanda Metropolitano, han dado una vida extra al equipo granota. Muy posiblemente se trate de la última.