El Ciutat de los milagros (3-0)

Los de Alessio se desmelenan para demostrar que la permanencia es posible

Rafa Esteve

Rafa Esteve

Si algún mortal fue capaz de dar por sentenciado al Levante, la victoria contra el Elche (3-0), gracias a las dianas de José Luis Morales, Jorge de Frutos y Melero, es una clara demostración de que el cuadro granota no desfallecerá en la ardua batalla que está manteniendo por salvar la categoría. Con sufrimiento, pero sumando tres puntos que, a los cuatro que consiguió en los dos encuentros anteriores, adquieren un aura de esperanza más allá de que, ahora, la distancia con la permanencia sea de seis unidades. Dos partidos de diferencia, aunque nada desestabilizante para un equipo que ha demostrado, ahora sí, tener capacidad para hacer frente a las adversidades.

Sin embargo, el Elche, con la etiqueta de ser uno de los equipos más en forma del 2022, enseñó los dientes en un abrir y cerrar de ojos. Segundos después de que González Fuertes señalase el inicio. Mojica recibió desde el lateral, envió el esférico a Lucas Boyé y el delantero, tras deshacerse de Óscar Duarte con un sutil recorte, lanzó un seco lanzamiento a portería que no solo detuvo Dani Cárdenas, sino que el posterior rechace lo interceptó ante el intento de Guido Carrillo en rematarlo.

Pese a ello, fue un aviso sin efecto sobre el verde, ya que, en medio de la igualdad, ninguno marcó diferencias en los primeros coletazos del choque, aunque el Levante estuvo a centímetros de superar a Badía a los diez minutos. Al contragolpe, método que emplearon los de Alessio para percutir en área rival, De Frutos punzó por la derecha, entró en área rival y se la mandó a un Roger impaciente de rematar su pase desde el punto de penalti, pero sus ganas se tradujeron en imprecisión y se quedó sin finalizar la jugada. Desde entonces, los levantinistas nadaron entre las imprecisiones y la timidez mientras el Elche se limitó a proyectar a sus hombres tras robo.

No en vano, el dominio granota, con De Frutos como principal artífice del peligro, fue en aumento. Todos buscaban al '18'. De hecho, su impacto tuvo trascendencia en el marcador. Tras una pérdida ilicitana, Roger aprovechó la subida del segoviano para darle el balón, avanzar hacia portería y dársela a Morales para, a portería vacía, poner el primero en el luminoso. Un gol, además, cargado de especialidad, ya que el 'Comadante' anotó en el partido donde cumplió su encuentro 300 con la elástica azulgrana. Una cifra acorde a la leyenda del '11'.

Segunda parte si arrugarse

El 1-0 hizo que el comienzo de la segunda mitad fuera más llevadero. Harto de remar en contra dirección, el Levante salió de vestuarios con mejor cara, con confianza y con el convencimiento de que el botín de los tres puntos no se tenía que escapar. Además, haciéndose fuerte, incluso, cuando el enfrentamiento subió sus revoluciones. Sin embargo, el Elche no renunció a buscar el empate a través de Bigas, quien remató un centro desde la esquina que se fue arriba por poco, y de Ezequiel Ponce, quien después de que Pere Milla y Mojica trazase una buen acción colectiva, impactó el cuero de manera errática y fuera en el área pequeña. No obstante, fueron dos sobresaltos con los que el Levante no se arrugó, hasta el punto de que fue capaz de matar el encuentro, en el ecuador del segundo tiempo, mediante un Jorge De Frutos que le puso la guinda a su exhibición con un gol en su cuenta particular. El '18' peleó en hacerse con el balón y medirse en duelo ante Badía. Erró su primera ejecución, pero en el rechacé no perdonó.

A partir de la sentencia, el Levante vivió un plácido transcurso hacia la finalización del encuentro, donde la liberación que mostró fue la nota dominante. Sin embargo, aún daría una alegría más. Melero, con el partido decidido, marcó a placer el definitivo para delirio de un Ciutat de València que, a través de sus cánticos y sus muestras de agradecimiento por la imagen mostrada, les trasladó que sí, que claro que se puede lograr la permanencia.