Rumbo a un estadio futurista

El club está a la espera de que la modificación del Plan General quede plasmado en el Boletín Oficial para recalcular con el Ayuntamiento los metros cuadrados que exige la fachada

El Ciutat de València espera impaciente una reforma que elevará a Orriols a una nueva dimensión.

El Ciutat de València espera impaciente una reforma que elevará a Orriols a una nueva dimensión. / JM LÓPEZ

Rafa Esteve

Rafa Esteve

La modificación del Plan General de Ordenación Urbana supone un alivio para el Levante, que de una vez por todas, podrá cumplir su sueño de darle un salto cualitativo al Ciutat de València. Una vez el cambio esté registrado dentro del Boletín Oficial de la Generalitat Valenciana en los próximos días, el club deberá dar una serie de pasos para iniciar la remodelación de su estadio, aunque sepa de primera mano que no será un proceso que se agilice en el tiempo. Sin embargo, la entidad tiene marcados los pasos que tiene que seguir de aquí en adelante. El primero de todos, entablar conversaciones con el Ayuntamiento de València para la adquisición de los terrenos sobre los que construir todo lo que exige la segunda fase. A pesar de que el Ciutat de València pertenezca al Levante, después de que en 2020 renunciase a la recalificación de las parcelas del actual estadio que se aprobó en el convenio firmado hace 11 años, el club tendrá que recalcular con la municipalidad las cantidades a pagar para conseguir los metros cuadrados necesarios, que van desde los 200 hasta los 300 y que afectan a la fachada principal, para ponerle la guinda al lavado de cara que se tiene en mente para elevar al feudo de Orriols a un estadio futurista y de categoría a nivel nacional.

Ambas entidades se disponen a llegar a un acuerdo mientras la hoja de ruta está definida. El cambio en el Plan General se tradujo en un paso al frente sin ser definitivo. No obstante, significó una gran noticia para un Levante que, una vez el Boletín Oficial plasme la modificación, tendrá que esperar a que el Ayuntamiento realice los cálculos pertinentes para que el club granota adquiera en propiedad los terrenos. Independientemente de que el Levante se encuentre a disposición de comprarlos, aún no puede presentar el proyecto de reforma hasta que el acuerdo con el Ayuntamiento no se alcance, aunque podrá trabajar en un proyecto que, para su correspondiente validez y para que la entidad levantinista obtenga la licencia de obra, tendrá que ser presentado y evaluado por técnicos municipales. Ese fue, de hecho, uno de los aspectos positivos de la modificación del Plan General: la viabilidad para empezar a trazar un proyecto, pese a que todavía no se conozcan, de manera concreta, los metros cuadrados necesarios que afectan a la fachada.

Pese a ello, la segunda fase de la reforma del Ciutat de València presume también de tener trabajo en las profundidades del estadio del Levante. Además de cubrir todo lo que se realizó en la primera remodelación, el club perderá una edificabilidad que pasará de un coeficiente 1’20 a 1’09, pero sin importarle en exceso. De hecho, la entidad fue partidaria de perderla al considerar que tenían más de la necesaria. A cambio, ha adquirido más planta baja para remodelar un campo en el que no solo se reorganizará el graderío, sino que también existirán reestructuraciones dentro del mismo. Principalmente, la construcción de un parking, la reubicación de las oficinas y todo tipo de trabajos que estén relacionados con el sector del hospitality. Hasta entonces, el Levante deberá llegar a un acuerdo con el Ayuntamiento para recalcular los metros cuadrados que le hacen falta para adquirirlos en propiedad. Una negociación que, dependiendo de la modificación del Boletín Oficial de la Generalitat Valenciana, se llevará a cabo en los próximos días.