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Los astros vuelven a alinearse en Orriols

La combinación de resultados de esta jornada hace que el pleno de triunfos en el tramo final adquiera significado

El Ibiza es el primer obstáculo hacia el reto de subir directos.

El Ibiza es el primer obstáculo hacia el reto de subir directos. / JM LOPEZ

Rafa Esteve

Rafa Esteve

El día de la marmota vuelve a asomar en el barrio de Orriols en una temporada que, en su recta final de competición, está siendo totalmente agotadora. Las exigencias y las dificultades a las que somete la categoría de plata del fútbol español están llevando al Levante a vivir una auténtica montaña rusa de sentimientos encontrados.

Desde la euforia más desmedida hasta el pesimismo más profundo. La derrota en Tenerife, de hecho, abocó a los de Javi Calleja a vivir uno de los reveses más dolorosos de la temporada. Más, incluso, que la caída contra el Mirandés. No obstante, los tres encuentros que restan de competición obligan al Levante UD a hacer un pleno de puntuación después de haber perdido, en el Heliodoro Rodríguez López, la dependencia en el ascenso directo. Nueve de nueve es la idea y el mensaje que se traslada. Y la primera piedra a superar será la del Ibiza. 

El Ciutat de València, consciente del desafío y del poder que atesora, se prepara para empujar, pese a la indignación producida tras el esperpento en Tenerife, a su conjunto hacia los tres puntos. Tal y como hizo contra el Alavés, y como está acostumbrado a hacer cuando el viento navega en contra y el equipo granota necesita de su aliento.

Acostumbrado a estar a la altura siempre, Orriols le tiende la mano a su Levante para ir a por el ascenso directo. Pese a la dificultad del reto, la derrota del Eibar contra el Racing de Santander, el empate entre el Albacete y el Alavés, y el tropiezo de Las Palmas contra el Villarreal B amortigua el triunfo del Granada. Por ello, adquirir los tres puntos ante el Ibiza es el único escenario que se contempla para minimizar lo máximo posible la diferencia con los dos primeros. 

El conjunto isleño, sobre el papel, le da argumentos de sobra al Levante para lograr la victoria en el Ciutat de València. De hecho, según su estado actual, es el rival idóneo para recortar distancias con el ascenso directo. Matemáticamente descendido desde hace dos jornadas, el conjunto del extécnico granota Lucas Alcaraz cosecha cinco derrotas consecutivas, pero en medio de una temporada de vaivenes constantes, el granadino solo ha ganado tres partidos y está siendo víctima de una gestión impropia de una categoría profesional. Un terremoto en tierras ibicencas que el Levante quiere aprovechar.

A pesar de que la semana ha estado marcada por la oportunidad desaprovechada ante el Tenerife, el Levante por enésima vez esta temporada, vuelve a ver la luz al final del túnel, aunque sin la idea de que se repita lo ocurrido frente al Mirandés. Donde la combinación de resultados favorables jugó en contra y la presión pasó factura.

El equipo levantinista, después de haber aprendido la lección tanto de aquella vez como de lo ocurrido en el Heliodoro, afronta con hambre, y ganas de redención, un partido en el que podrá contar con Joni Montiel tras cumplir sanción la pasada jornada. Javi Calleja no recuperará a nadie, pero se frota las manos para que Roger Brugué, tras incorporarse en el tramo final de la semana pasada al trabajo grupal después de cuatro meses lesionado, reaparezca frente al Villarreal B.

Y es que nadie quiere perder la ocasión de conseguir un ascenso a la élite del fútbol español pese a las múltiples oportunidades tiradas por la borda. Por ello, el discurso de sumar nueve puntos de nueve posibles empieza a calar en el Ciutat de València. Comienza a ser el clavo al que agarrarse. Una victoria contra el Ibiza dará pie a la esperanza en el ascenso directo.