Orriols tiene la lección aprendida

El Ciutat de València, más emocionado que nunca esta temporada, afronta el partido ante el Amorebieta con la ilusión por las nubes, pero sin confianzas tras los tropiezos contra Mirandés e Ibiza que arruinaron el ascenso directo el pasado curso

La plantilla celebrando el triunfo ante el Real Zaragoza con la afición del Ciutat

La plantilla celebrando el triunfo ante el Real Zaragoza con la afición del Ciutat

Rafa Esteve

Rafa Esteve

El Levante, en un alto porcentaje de probabilidad, se encuentra en su mejor punto de la temporada, tanto deportivo como anímico. También, en el momento justo, ya que ahora es cuando se empiezan a definir los objetivos en Segunda División, ajustada e imprevisible como nunca antes se ha visto en la historia de la competición. Los siete puntos obtenidos de los últimos nueve han posicionado a los de Felipe Miñambres a dos de la sexta plaza y a seis del ascenso directo, y la entrega mostrada, sobre todo en los duelos frente a Elche y Zaragoza, invita al optimismo.

No obstante, el Ciutat de València, que calienta motores para el sábado, está listo para animar a los suyos e impedir que su equipo no tropiece con las piedras del pasado, donde el exceso de confianza pasó factura y tuvo un impacto directo en cómo se escapó el ascenso. 

A nadie se le olvida el traumático desenlace del curso pasado, pero, anteriormente, todos coinciden en que los encuentros contra el Mirandés y frente al Ibiza fueron los que minimizaron las posibilidades de subir a la élite por la vía rápida.

Salvo contra el Racing de Santander y ante el Eibar, el Levante se adentra en un tramo competitivo en el que jugará frente a rivales que están por debajo y que pugnan por sobrevivir en la categoría de plata del fútbol español. Por ello, Orriols no quiere relajaciones tras lo vivido el curso pasado con la que, por nombres y valor de mercado, presumió de ser la plantilla de Segunda División. Y más, sabiendo lo caro que estará subir a Primera, más allá del camino que se tome para conseguirlo. 

El Levante cerró la jornada 36 de la 22/23 recibiendo en el Ciutat a un Mirandés que, siete puntos por encima del descenso, buscaba tranquilidad en su plan de seguir una campaña más en la categoría de plata. Una victoria de los granotas les impulsaba a la segunda posición pese a empatar a puntos con el Granada, ya que venció el golaveraje con los nazarís tras empata en Los Cármenes (0-0) y vencer en Orriols (3-1). No en vano, Orriols terminó desquiciado al cosechar una derrota marcada por el penalti fallado de Wesley Moraes y encajar el 1-2 definitivo instantes después de igualar la contienda.

Pese a ello, más alterado terminó el levantinismo tras empatar contra el Ibiza y, a falta de dos jornadas para finalizar la competición, dejó de depender de sí mismo para ascender de manera directa. Y eso que los resultados le acompañaron a los granotas: empataron Alavés y Albacete entre ellos, Eibar cayó derrotado en Santander y Villarreal B rascó un punto en casa de Las Palmas.

No obstante, frente a un Ibiza matemáticamente descendido, fue incapaz de pasar del empate a cero. Un resultado con el que se empezó a asimilar que la promoción de ascenso iba a ser el destino del Levante 22/23. Ante un Amorebieta que llega en su mejor momento de la temporada, los de Felipe Miñambres buscarán dar un golpe encima de la mesa con un Ciutat de València que se dejará la voz para llevar en volandas a su equipo hacia la élite.