Nunca es tarde para querer ascender

El conjunto de Miñambres, en su mejor momento de la temporada, tiene la oportunidad de demostrar que su ilusión es volver a Primera dando un golpe encima de la mesa contra el Amorebieta

Piña del Levante UD

Piña del Levante UD

Rafa Esteve

Rafa Esteve

El fútbol lleva varios años sin darle la razón al Levante, que vive con la sensación de estar inmerso en un bucle de negatividad e infortunio constante. Poco le sale a un equipo que, independientemente de su contexto, siempre quiere aspirar a lo más alto, aunque tenga la sensación de que su toma de decisiones sea desacertada y desafortunada. Según los precedentes en su época moderna, parece que la Segunda División tenga un sabor agridulce.

No obstante, es normal. Atrás quedan las noches de gloria, las victorias épicas y la etiqueta de ‘matagigantes’. Sobre todo, después de sentirse casi invencible tras su descenso a la categoría de plata del fútbol español, y terminar viéndose totalmente debilitado una vez sufrió uno de los desenlaces más dolorosos y crueles en la historia. Poca gente lo imaginó, pero el Levante, a falta de ocho jornadas para que finalice la competición, tiene serias posibilidades de regresar al lugar donde es feliz a raudales. Donde más disfruta. Y, sobre todo, donde merece estar.

Orriols entra en la carrera por el ascenso a Primera División partiendo desde una posición de fuerza. Sus dos últimas victorias en el Ciutat de València, acompañadas de emoción y épica, han colocado a los de Felipe Miñambres, sigilosamente y sin aspavientos, a dos puntos del playoff. Metidos de lleno en la pelea, el Levante, sin olvidar las emociones producidas tras el apoteósico triunfo frente al Zaragoza, busca dar un golpe encima de la mesa sumando su segunda victoria consecutiva. La que dé el beneficio de dar el salto a la promoción y lanzar un aviso a los navegantes que sueñan con volver a la élite.

Ningún rival es sencillo en Segunda División. Ni los que pugnan por las misas aspiraciones que en el Ciutat de València ni los que luchan por sobrevivir en Segunda. Hay equipos que quieren seguir bañándose en plata la temporada que viene, y el Amorebieta, teóricamente desahuciado hace no mucho, no iba a ser menos. Sus 18 puntos sumados de 27 posibles le dan motivos para creer en la permanencia, a tres puntos, y llegan al coliseo de Orriols con ánimo de mantener su buena racha a domicilio: dos empates y dos triunfos en los últimos cuatro choques.

Con el granota Pablo Cuñat en sus filas, cedido en el combinado vasco, pero perdiendo a Morcillo por una fractura de radio distal no desplazada en su muñeca izquierda, el Amorebieta quiere asaltar el Ciutat de València, pero el Levante, con Sergio Postigo de vuelta y sin poder contar con Óscar Clemente, debido a unas molestias en el tobillo, no solo quiere frenar a su rival, sino también aumentar su esperanza en conseguir el sueño de ascender a Primera División. Lo tiene en su mano y, tal y como ha demostrado este último mes, está capacitado para conseguirlo.