A la espera de que los rumores de mercado que llevan semanas apuntando a su posible salida en el mercado de enero se cumplan, y pese a que su protagonismo ha ido decreciendo, Nikola Vukcevic continúa contando para Paco López en el día a día. De hecho, con las bajas de Campaña por sanción y Melero por lesión, el fichaje más caro de la historia (8,9 kilos al Braga en el verano de 2018) tiene todos los números para volver al centro del campo el próximo domingo en el Coliseum. Una oportunidad más tras haber desperdiciado las últimas. Sin convocar la pasada jornada ante el Mallorca después del parón de selecciones, de mal recuerdo para más inri por la derrota 7-0 de Montenegro en Wembley más la coartada de un proceso gripal, lo cierto es que el montenegrino ha ido desapareciendo progresivamente del mapa.

Las primeras cuatro jornadas de LaLiga las disputó de titular, pero a partir de la derrota en el Santiago Bernabéu, partido en el que quedó señalado en el gol de Casemiro, cayó en desgracia. Su siguiente aparición fue en el Villamarín, donde el ritmo de juego le pasó factura con vómitos y mareos al descanso. Inédito de nuevo contra Osasuna, el compromiso ante el Leganés, en el que aguantó una hora, concidió con su última titularidad. Desde entonces, sus apariciones han sido residuales. De los últimos 450 minutos oficiales sólo ha jugado 44.

Pese a que el Levante niega que haya tomado la decisión de desprenderse de él en el mercado de enero, y todavía más que así se lo haya comunicado ya a él o a su representante, Jorge Mendes, la realidad es que en los mentideros se da por hecho que se encuentra en la rampa de salida y que hay varios equipos a los que ha sido ofrecido.

Con el objetivo de recuperar parte de la inversión económica, ya que su coste de amortización es de los más elevados, el Levante decidió en verano que Vukcevic fuese el único de los tres fichajes más caros de su historia que se quedase en la plantilla. Y lo cierto es que el arranque fue esperanzador, ya que regresó más enchufado de lo que se fue. Sin embargo, la competición ha sido tozuda y la confirmación de Radoja como mediocentro más dinámico para el estilo de Paco ha hecho el resto. Nikola, un pivote más estático que sí le dio al equipo el equilibrio que le faltaba con el 4-3-3 a finales de la pasada temporada, se ha vuelto a quedar fuera del foco. El fútbol más asociativo con Campaña y Bardhi más Radoja y Melero en el eje ha sido la tecla que desde inicios de curso se venía buscando.

La cuestión ahora es encontrar la mejor solución posible para las dos partes, ya sea reactivándolo en la dinámica, en el caso de una salida, permitiéndole al club aflojar la soga del fair-play y así hacer algún fichaje, si bien la postura pública de Paco la semana pasada fue la de declarar que no necesita ningún refuerzo.

El contexto económico del club obligó precisamente a desprenderse de la idea de fichar adicionalmente a otro mediocentro de los que estaba en cartera, incluso a un extremo o un lateral derecho. Sobre el resto de opciones existentes para la medular quien se impuso fue Radoja, a la postre un acierto, si bien su contrato contempla un importante aumento salarial a final de temporada tras llegar desde el Celta de Vigo con la carta de libertad. Pese a venir de un año en blanco, el serbio es una de las mejores noticias en Orriols.