Al Levante UD de Paco López se le podrá reconocer por sus golpes sobre la mesa. Por negro que pinte el contexto, cuando la dinámica comienza a torcerse o por límite que llegue a ser la situación, ahí está la respuesta de los granotas. Ocurrió con el caso más extremo en Montilivi (aquello fue una auténtica final por la permanencia) y más recientemente en Butarque y luego en el Reale Stadium, esta temporada. La de Leganés o la de San Sebastián fueron victorias balsámicas, que además de cortar una mala dinámica competitiva estimularon al vestuario para hacerle estar, a día de hoy, en la zona media de la tabla.

Si en aquellos dos escenarios se puso fin a una mala dinámica cuando la urgencia era mucho más real, ¿por qué no hacerlo ahora en El Sadar? El Levante UD necesita ganar para cortar esa racha de dos partidos de liga (Atlético y Alavés) y un de copa (Sevilla) sin hacerlo, y a ser posible sumar con méritos para destensarse ante la cuesta de febrero. Y es que se avecinan curvas... Barcelona, Leganés, Villarreal y Real Madrid serán los rivales el próximo mes.

El Sadar pierde fuerza

No hay excusas que valgan. Ni el calendario (el equipo jugará con este tres partidos en seis días), ni la hipotética fortaleza local de Osasuna sirven como excusa. En primer lugar porque los rojillos también jugaron por los octavos de la Copa del Rey el martes, exigiéndoles el Recreativo incluso hasta la prórroga, y en segundo porque el feudo navarro ya no es inexpugnable. Sí lo fue antaño, pero el conjunto de Jagoba Arrasate tampoco está en su mejor momento y ha perdido esa condición de 'invictus' en casa. El Sadar le llevó a sumar 31 partidos sin perder en casa y a ser la revelación durante un tramo del curso, pero aquella circunstancia ya es historia, ya que los rojillos no vencen ante su afición desde el 4-2 ante el Alavés, el pasado 3 de noviembre de 2019, y ya suman cuatro partidos sin sumar los tres puntos en Pamplona.

Además, Osasuna llega tras clasificarse in extremis ­-y de forma injusta porque el 2-2 nunca debió subir al marcador- frente al Recreativo (2-3), por lo que la Copa tampoco ha sido una vía de escape para los navarros, que llevan 5 partidos ligueros sin vencer, o lo que es lo mismo 3 de los últimos 15 puntos en la competición doméstica.

Con este contexto el vestuario está convencido, tal y como lo ha afirmado Paco López: no hay mejor momento para hincar el diente a un rival herido. Pero ojo, de esa ‘necesidad’ de ganar a la liberación de haberlo hecho solo hay un paso y Osasuna también se toma como una final la visita de los granotas.

La importancia del contexto

La reacción del Levante en El Sadar es importante por las sensaciones. Viene un calendario complicado y afrontarlo después de tres partidos sin ganar complicaría las cosas e implementaría las dudas. Por eso este partido va más allá de las urgencias clasificatorias, que de momento no son alarmantes, como sí lo fueron los duelos en Butarque o Anoeta.

En la jornada 8, tras cuatro partidos consecutivos sin ganar, el Levante se impuso al Leganés para alejar el peligro del descenso, que estaba a tres puntos. Y luego, en la 10, después de otras dos derrotas seguidas (una de ellas muy dolorosa ante el Espanyol, que era el colista), esta distancia se había minimizado a dos. Entonces llegó el mayor punto de inflexión del curso con el triunfo ante la Real Sociedad. Aquella victoria fue también anímica porque solo una semana después el subidón llevó a tumbar al Barça.

Esta vez la situación es muy distinta. La semana pasada ganaron Alavés, Mallorca, Eibar o Espanyol... pero hay un colchón reconfortante sobre el descenso, de 10 puntos. ¿Quién no lo hubiera firmado a inicios del curso?

Alineaciones probables y convocatoria granota

Paco López se lleva a Pamplona a todos los efectivos disponibles, salvo los lesionados Bardhi, Oier, Róber Pier e Iván López. No obstante, de la lista de 20 tendrá que descartar a dos. Vuelve a la convocatoria Vukcevic, que cumplió ante el Alavés ciclo ya que vio la quinta amarilla en el Wanda.