Antes de la crisis del coronavirus el Levante UD ya tenía un problema con la mayoría de sus futbolistas cedidos. A excepción de Moses Simon, Pepelu y Sadiku, los demás se han seguido devaluando. Sobre todo Dwamena, Luna e Ivi. La pandemia y sus efectos lo han complicado todo aún más. A día de hoy se mantiene la incertidumbre sobre los ingresos y la cifra de negocio mientras que el mercado apunta a la contracción. Entre salarios y amortizaciones hay comprometidos 11 millones del próximo fair-play. La soga de la operación salida vuelve a apretar de lo lindo.

Después de haber invertido 40 kilos en traspasos durante la anterior etapa, el actual área deportiva volverá a verse en la obligación de seguir fichando a coste cero. No queda otra y así lo ha transmitido ya el propio Quico Catalán. Y es que el cóctel se completa con la inflación de salarios. Por un lado las renovaciones de Paco López y Aitor se han pactado en diferido. Por el otro la de Morales sigue aplazada aunque con un compromiso verbal de por medio.

Caso por caso, esta es la situación de los ocho jugadores en nómina que esta temporada han jugado en otros equipos. Salvo Moses, a expensas de que se oficialice su traspaso, el resto tendrán que volver a la disciplina granota en verano.

Raphael Dwamena: Stop médico

El ghanés sigue empeñado en volver a jugar y no arroja la toalla. Aunque carece del alta médica y está sin ficha tras pasar por el quirófano, a mitad de mayo reapareció en la Ciudad Deportiva del Zaragoza para ejercitarse en solitario. Poca cosa: carrera suave, toques de balón y algo de gimnasio. Nada de esfuerzos de alta intensidad. Su contrato expira en 2022 aunque desde el club se mantienen a la expectativa. Deportivamente no hay manera de amortizar la inversión. Más allá del soporte ofrecido al jugador, todo puede desembocar en el dictamen de un tribunal médico. Por el valor de su traspaso y los 800.000 euros de su ficha es uno de los jugadores que más espacio ocupan dentro del fair-play.

Pepelu: Apostar o vender

El dianense lamenta haber recibido "pocas llamadas" del club y es una de las patatas más calientes. Durante su cesión al Tondela portugués ha debutado con la selección española sub-21. Volverá con una temporada de contrato por delante aunque con la opción unilateral por parte del club de prorrogarle otra más. Los técnicos tienen que decidir si apuestan por él en el primer equipo o si lo ponen en el mercado. En el centro del campo, además del fichaje de Son y la apuesta por Pablo Martínez, los planes pasan por retener a Radoja y esperar la evolución del mercado con Campaña.

Fran Manzanara: Overbooking en la medular

También volverá a una de las posiciones de mayor competencia en el equipo. Lo hará, además, con solo un año de contrato por delante. De 28 partidos posibles con la Ponferradina ha jugado 12, con un gol y una asistencia. Aunque enganchó cinco partidos de titular empezó la temporada siendo un descarte habitual y en febrero volvió a la suplencia.

Ivi: De cesión en cesión

El ex del Sevilla B es uno de los peores fichajes del Levante en su época reciente. La primera parte de la temporada estuvo cedido en el Huesca y la segunda en la Ponferradina, donde ha levantado el vuelo. En total lleva 14 partidos y tres goles. Un mal negocio después de pagar más de un millón de traspaso por él viniendo de Segunda y con una ficha de 700.000 que no se ajusta a su rendimiento. Le queda otro año.

Armando Sadiku: Goles en Segunda

El delantero albanés no entra en los planes pero su cesión al Málaga estaba dando resultados. Lleva 10 goles en 26 partidos y puede tener mercado, sobre todo en Segunda División. Antes de marcharse accedió a renovar hasta 2021, si bien la práctica totalidad de su ficha de 1,2 millones la asume el Levante.

Antonio Luna: Fuera de mercado

En su momento llegó libre a cambio de un salario de 1,2 millones que en su último año se dispara a casi 1,5 por su carácter progresivo. El lateral izquierdo, cedido en el Rayo, es uno de los casos económicamente más sangrantes por su devaluación de mercado. El parón le pilló en su mejor momento después de un tramo de lesión y otro en el que alternó la suplencia con la grada. Su presencia en el vestuario la pasada pretemporada fue un motivo de discordia.

Cheikh Doukouré: Más de un año sin jugar

También en su último año de contrato, el marfileño lleva sin jugar desde que se rompió el ligamento cruzado contra el Real Madrid con un patada al aire. Los problemas físicos no le han abandonado en el Huesca, donde ha enganchado varias recaídas. El parón por la pandemia también le cogió cuando parecía a punto de debutar. Otro salario alrededor del millón.

Moses Simon: Cinco millones para la caja

El nigeriano era deportivamente el único jugador con sitio en la plantilla y a día de hoy es también el único que es seguro que no va a volver. El Nantes ejercerá su opción de compra y de paso aliviará las arcas granotas con cinco millones más una plusvalía. Su elevado coste de amortización empujó al club a cederlo y la consecuencia ha sido una temporada redonda en Francia.