De poco le sirvió a Valentino Rossi llegar corriendo a Cheste tres semanas y pico después de su primer positivo por COVID-19. Aunque se perdió toda la jornada del viernes hasta dar dos negativos consecutivos, sí que pudo subirse a la Yamaha M1 el sábado, y disputar el Gran Premio de Europa, si bien su moto dijo basta tras cuatro vueltas, prolongando la mala suerte en en su pista maldita, a pesar de ser el único piloto que ha disputado todos los Grandes Premios en el Circuit Ricardo Tormo desde 1999. Sin embargo, la lista negra de incidentes y resultados alejados de los éxitos de la primera década sigue aumentando año tras año, y para colmo, este domingo el campeonato repite en esta misma pista.

«Cuando se paró, ni me enfadé, me dieron ganas de reír. Iba tranquilo, sólo para hacer kilómetros y nada, no fue posible. Me dijeron que es un problema que hacía 12 años que no pasaba», explicó sobre el momento en que se le paró la moto. Era la cuarta vez que no acaba en Cheste, como en 2007, cuando se lesionó la mano derecha, y hay que recordar que desde 2010 solo ha subido una vez al podio, cuando fue segundo en 2014, y no gana desde 2004. En el trazado valenciano ha perdido dos mundiales, frente a Nicky Hayden en 2006, y ante Jorge Lorenzo en 2015, año del polémico incidente de Malasia y la sanción que le obligó a remontar desde la última posición hasta una cuarta posición insuficiente para la que hubiera sido su décima corona. El de Tavullia ha llegado incluso a mostrar en público su incomodidad no solo con la pista valenciana sino también con su ubicación como cierre de cada temporada, a excepción de sus tres primeros años, así como en la presente campaña.

«Para mí, personalmente, es una gran pena», añadió el domingo el italiano sobre su quinto cero de esta atípica temporada marcada por la pandemia, y a la que solo le faltan dos carreras, en Cheste y en Portimao, esta semana y la que que viene. Y que llega en pleno revuelo por la sanción impuesta a Yamaha por irregularidades en el uso de los motores, aunque esta no ha afectado a sus pilotos pero sí al campeonato de constructores y de equipos. «Necesitaba hacer la carrera, también para ser más fuerte para la semana que viene. Estaba ahí, pero la moto se paró. Fue un problema electrónico, el motor no se rompió», matizó Rossi, separando lo sucedido de lo que le pasó en Jerez.

Temporada marcada por los motores

Eso sí, admite que los motores han sido el talón de Aquiles de Yamaha a lo largo de toda la temporada: «No es cuestión de principio de temporada o no. Pasa a veces. Los otros fabricantes han ido trayendo más cosas y necesitaban tiempo para ajustarlas. Valencia ha sido difícil para todas las Yamaha. Ya dije que el motor es el gran problema. Siempre somos los más lentos en recta y tenemos también problemas de fiabilidad. Es lento y se rompe. El carácter del motor de Yamaha, que en otros tiempos era nuestro punto fuerte, ahora otros los tienen más dulces. Todo junto nos pone en este lugar». «El motor está congelado, pero no es una excusa", añade. "En MotoGP, ahora, puedes hacer muchas cosas alrededor del motor para mejorar: la electrónica, algo para enfriarlo, etc. Si trabajan bien, lo pueden arreglar».

Al filo de su podio 200 en la categoría reina, que se le resiste, Rossi, que la próxima temporada cambiará el equipo oficial por el Petronas Yamaha, valora la influencia del coronavirus en el campeonato. «Al principio, no esperaba que la pandemia afectara mucho al Mundial, pero es realmente difícil. Corremos en circuitos en épocas erróneas y neumáticos de fechas normales. Y hasta dos veces. Es difícil para todos, pero era esto o nada, con lo que es mejor esto que nada y afecta al Mundial».

En la trayectoria de Rossi en Cheste, todo hay que decirlo, brillan sus cuatro podios consecutivos, con dos victorias, un segundo y un tercer puesto, entre 2002 y 2005, y cuatro podios más hasta 2014, con dos segundos y dos terceros. En 22 carreras, ha salido seis veces desde la primera fila, tres de ellas desde la 'pole', la última en 2014. Y en el Circuit Ricardo Tormo ha celebrado seis de sus nueve títulos, todos los de MotoGP. El próximo año compartirá parrilla en MotoGP con su hermano Luca Marini, al que vio nacer justo tras su primer título de 125 cc en 1997.

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