Opinión

La prueba del algodón

Fenerbahce y Obradoiro, examenes para certificar el despertar de un nuevo Valencia BC

Mumbrú y Prepelic

Mumbrú y Prepelic / TURKPIX

La cara esta vez cayó de nuestro lado. Después de dos derrotas por la mínima ante el Asvel Villeurbanne en la Euroliga y el UCAM Murcia en la Liga Endesa, a la tercera fue la vencida y el Valencia Basket se llevó algo más que una victoria en una de las pistas más complicadas de Europa, ante un Anadolu Efes que ganó las dos últimas ediciones de la Euroliga. Hubo que sufrir hasta la última décima de segundo, pero incluso en el caso de haber perdido y haber encadenado la que habría sido la quinta derrota consecutiva entre Liga y Euroliga, la imagen que dejó el Valencia Basket fue otra muy distinta. Y si a ello se le suma que el triunfo por la mínima esta vez fue para los de Mumbrú, qué mejor punto de inflexión para un nuevo proyecto que, como tal, necesita de tiempo y paciencia. Y más si llega con cambio de entrenador, de estilo de juego y con cinco caras nuevas en la plantilla: Chris Jones, Jonah Radebaugh, Kyle Alexander, James Webb III y Jared Harper, al margen de la presencia del canterano Millán Jiménez como miembro ya del primer equipo al 100%.

De todos ellos, si alguien ha demostrado ya su calidad y capacidad de liderazgo es Chris Jones, quien está llamado a tirar del carro en una labor compartida con Bojan Dubljevic. Como se vio el martes, del rendimiento de ambos y de su conexión depende en gran medida el del equipo, aunque en el primero de los dos duelos en Estambul de esta semana, brillara también el colectivo, con puntos para los once jugadores que saltaron a la pista. Y todo sin el mejor jugador del equipo en este inicio de temporada, un Jasiel Rivero que, en su segunda temporada en La Fonteta, quiere y debe coger galones.

Pero para que el proyecto vaya cuajando y no cundan los nervios en el entorno y ello se traslade a la pista, es necesario ir sumando victorias mientras el equipo crece. Y de ahí la importancia del partido de este jueves en Estambul y del de Santiago el domingo. Una derrota ante el Fenerbahce podría volver a generar dudas sobre si lo visto el martes fue un hecho aislado o no. Pero por encima de una derrota, lo sería más un cambio en la buena imagen del equipo, porque perder en Estambul, aún jugando bien, es siempre una posibilidad muy real para cualquier club de Europa. De ahí que más que dejarse llevar por el resultado de hoy, haya que poner en valor el esfuerzo, el crecimiento, el carácter y la imagen de un equipo que está unido y que quiere dejar atrás su reciente mala racha de resultados.

Ahora bien, si al inicio de la semana el panorama se presentaba bastante oscuro por las cuatro derrotas seguidas y el doble partido en Estambul -uno en la parte europea y otro en la asiática-, seamos optimistas y pensemos en dar hoy una nueva campanada. Si el martes ganaron al bicampeón de Europa, ¿por qué no hacerlo hoy ante el Fenerbahce, aunque sea líder y llegue invicto al partido? Quizá en estos duelos, en los que los taronja llegan casi de tapados, los jugadores se pueden soltar más y mostrar su mejor versión. Si repiten triunfo esta noche, habrán superado la prueba del algodón.

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