La semana de Dubljevic

Tras Mumbrú y a la espera de la Euroliga, la gran decisión que viene es la del capitán

Bojan Dubljevic

Bojan Dubljevic / Miguel Ángel Montesinos

Jorge Valero

Jorge Valero

La próxima será una semana de vértigo en el Valencia Basket. El 29 de junio, el club sabrá ya si definitivamente si recibe una invitación para repetir presencia en la Euroliga por tercer año consecutivo y de esa circunstancia depende totalmente si la planificación deportiva sigue el plan A o el plan B. Estar o no en la máxima competición europea no cambia tanto en el aspecto económico como en el deportivo, donde a la necesidad de contar quizá con una plantilla más amplia para afrontar otros 34 partidos de Euroliga como mínimo, se le une la posibilidad de optar a fichar a jugadores que, en caso de estar en Eurocup, serían inaccesibles.

Pero como los deberes no se pueden dejar para última hora y urge cerrar operaciones de entrada y salida antes del 30 de junio, el nuevo director deportivo del club, Luis Arbalejo, afronta unos intensos días de trabajo a contrarreloj.

Para empezar, y después de tomar la decisión de mantener la confianza en Álex Mumbrú, el primer ‘problema’ sobre la mesa es resolver la continuidad o no de Bojan Dubljevic, y no sólo por tratarse quizá del mejor jugador en la historia del club taronja, sino por lo que puede condicionar el proyecto deportivo y, sobre todo, económicamente, al tener al menos hasta esta temporada la ficha más alta de la plantilla.

La primera propuesta a la baja del club para no anular con una compensación económica su año opcional, no satisfizo al montenegrino y desde entonces, la situación pareció congelarse hasta hace escasos días. El propio Luis Arbalejo, en su presentación oficial, ya confirmó que se debe resolver su situación antes del 30 de junio, pero ni mucho menos dejó entrever hacia dónde caería la balanza. De hecho, sí resaltó que en su caso «hay que conjugar el aspecto deportivo y económico». Una patata caliente que si no tiene final feliz, puede dejar heridas, aunque sólo sea por el hecho de que una leyenda como Dubljevic no debería dejar el club sin una más que merecida despedida en pista, en La Fonteta, al margen de homenajes futuros que seguro llegarán también. Entre ellos, el de la retirada de su camiseta en lo alto de La Fonteta, junto a las de Rodilla, Luengo, Rafa Martínez y Van Rossom. En el caso de Bojan, además, la Euroliga no es una exigencia por su parte. Nunca lo fue y tampoco lo es ahora, pero el acuerdo económico se está haciendo de rogar. Si el club no quisiera que continuara no le habría hecho una oferta y si él quisiera irse, ya lo podría haber anunciado. Ambas partes quieren apurar las opciones de entenderse para no romper de mala forma una historia que merece el mejor de los finales, pero el tiempo se acaba y si nadie da un paso más, no habrá acuerdo.

Eso sí, la lista de deberes es mucho más grande para Arbalejo. Hay que tomar decisiones de urgentes para ejecutar o no años opcionales de algunos, pero también teniendo en cuenta estas cláusulas en los jugadores que interesan con sus actuales clubes. De momento, sólo se ha despedido a Prepelic, aunque en su caso, era ya un secreto a voces.

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