A todo gas con Masiá y por el Nou Mestalla

Que en el Ayuntamiento, tanto el gobierno como la oposición, se hagan las cosas bien es bueno para todos excepto para Peter Lim

Jaume Masià, en Qatar

Jaume Masià, en Qatar / SD

Rafa Marín

Rafa Marín

El valenciano Jaume Masiá no solo se proclamó campeón del mundo en Qatar sino que además lo hizo a lo grande, ganando la carrera y confirmando que aquel jovencito que debutó en un mundial a los 17 años se ha convertido a los 23 en el mejor piloto de Moto3. Un gran premio para él, para Algemesí, para el deporte valenciano en general, para el motociclismo en particular y para la Cuna de Campeones en especial, un marca que como escuela y vivero de pilotos tiene que perdurar, lo que significa que hay que hacer todo lo posible para que así sea. Todavía más en un momento como este, con un protagonismo indiscutible en todas las categorías y en vísperas tanto del Gran Premio de la Comunitat Valenciana como del 25 aniversario del Circuito Ricardo Tormo, un cuarto de siglo con mucha historia detrás y futuro por delante.

Con la alegría de Masià, lo cierto es que el fin de semana sin fútbol de Primera se pasó más rápido hasta el partido de la selección y a la espera de que el Levante UD deje este lunes un mejor regusto a una jornada marcada también por la derrota del Valencia Basket en la cancha del Baskonia. Hubo tiempo, eso sí, para conocer alrededor del mediodía y a través de la web de SUPER una noticia no deportiva pero sí muy relacionada con el día a día del Valencia CF. Y es que el acuerdo de desvinculación entre KPMG y el concejal de grandes proyectos tiene un impacto innegable de cara a la negociación por el convenio urbanístico del Nuevo Mestalla. Por una cuestión estética, tal y como se abordó en la segunda entrega de Meriton Confidencial, que Marí Olano se dedique en exclusiva a la política es una decisión higiénica que evita malentendidos y posibles conflictos de intereses en el futuro. De un tiempo a esta parte, tanto el gobierno municipal que encabeza la alcaldesa Catalá como sus socios y la oposición están haciendo las cosas cada vez mejor. Y eso, excepto para Lim, es bueno para todos.

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