Rafa Mir y el futuro de Baraja en Mestalla

La llegada de Mir, si se cierra, no maquillaría los despropósitos de Lim, pero al menos sí premiaría el desgaste por ser ‘ambiciosos’

Rafa Mir celebra un gol con el Sevilla

Rafa Mir celebra un gol con el Sevilla / EFE

Rafa Marín

Rafa Marín

El fichaje de Rafa Mir no va a maquillar los despropósitos de Lim. Pero si se cierra será una buena noticia. Primero para Baraja, que lo quiere desde verano. Después para el jugador, que está aguantando el tirón. Y por encima de todos, para un Valencia CF que ahora necesita refuerzos, no que lo debiliten. Con lo del Atlético por digerir, que Layhoon se haya puesto al frente de la negociación entre clubes es lo mínimo, además de un premio de última hora para todos los que se han desgastado en conseguirlo. Especialmente un entrenador que ni en los peores momentos ha faltado a su estilo de apretar para adentro y no pasarse de rosca hacia afuera. A partir de ahí, del segundo intento por Mir solo cabe esperar que no sea una cortina de humo. Con el mercado a punto de cerrarse, y por más que el saldo sea claramente positivo con el extra de Koba y el ahorro de Paulista, es del todo lícito que el Valencia juegue sus cartas ante un Sevilla que es quien tiene realmente el problema. Pero a Mir hay que ficharlo, sí o sí. Y una vez esté aquí ya se verá qué consecuencias tiene su incorporación. Básicamente si es suficiente o no para apuntar a Europa. Y de paso para que Baraja se convenza de continuar la próxima temporada después de que estos días, tal y como puede interpretarse de sus mensajes sobre la ambición y el deseo de que el máximo accionista la compartiese, había asomado la patita sobre la posibilidad de no hacerlo. Espantadas como la de Gattuso no van con el Pipo, que tampoco ha hecho de la sala de prensa una trinchera. Ni se lo ha hecho esta semana, en la que le sobraban los motivos, ni ya lo hará nunca. Así que quien piense de él otra cosa, ya puede seguir esperando. Baraja va a seguir hasta el momento en que diga basta. Y solo entonces, seguramente que con la misma templanza con la que hasta ahora ha navegado todos los temporales, se bajará del barco. Ojalá no lo haga nunca y que si pasa sea habiendo llegado a puerto. 

Suscríbete para seguir leyendo