Opinión

A ver ahora quién expulsa a Vinicius

Tiene un problema el Real Madrid, al que le ha explotado todo en la cara. Pero lo tiene en especial LaLiga, con el enemigo en casa

Vinicius agarrando del cuello a Orban

Vinicius agarrando del cuello a Orban / Movistar

No lo ha dicho el Valencia CF, ni Mestalla, ni SUPER. Lo ha dicho Pedja Mijatovic en calidad de exdirector deportivo y leyenda de la séptima: «Le aconsejo a Vinicius que se tranquilice, la camiseta del Real Madrid no aguanta estos comportamientos. Irrita a los rivales y a sus propios compañeros». Tremenda rajada con la que se juega, porque así es la función en la pista del circo central, que lo tachen de racista. La perversión del relato es tal que declaraciones como estas dentro de la más absoluta lógica, son carne de autocensura. Pero el problema más grave no está en la ausencia de declaraciones sino en la de hechos. Le pasó a Gil Manzano , aun así carne de nevera por la osadía de pitar antes de que marcara el Madrid, cuando se hizo descaradamente el longuis para no expulsarlo. Cualquiera le saca una roja al mártir brasileño, exonerado por Competición hace un año y con carta blanca también en la Champions para sorpresa de la prensa en Alemania, donde se habla de él como «el estrangulador» por la agresión sin castigo a Orban.

La mentira de su relato ya no se sostiene más allá de Madrid, donde es tradición que no vean más allá de su ombligo, o de esos ecologistas brasileños empeñados en buscar excusas para fomentar el ahorro de energía con apagones como el del Cristo del Corcovado. Tiene desde luego un problema el Real Madrid, al que le está explotando en la cara el monstruo que Florentino ha alimentado. Y tiene un problema más gordo LaLiga, cuya imagen se deteriora a marchas forzadas porque quien debería ser uno de sus abanderados se ha convertido en el peor de los enemigos. A estas alturas, y sin entrar en la tibieza con Peter Federico, no tiene sentido que la respuesta a una de las campañas más falsas y furibundas de la historia del fútbol español se resuelva con multas a mansalva contra la grada de animación en la que se le cantó «tonto» a un jugador que se siente insultantemente feliz de serlo

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