Opinión

El último drama en el entorno del Valencia no me lo he visto venir

Quien ponga en duda la ambición de Pipo Baraja es que no conoce a la persona

Baraja en Mestalla

Baraja en Mestalla / SD

En el entorno del Valencia ahora es un problema que el equipo pueda jugar en Europa el año que viene. De verdad que de todo lo que me esperaba, y no le pongo límites a la imaginación, esto no lo podía prever. Llevamos cuatro años sin jugar competición europea, hasta casi he contado los días desde aquel infausto Valencia-Atalanta con Mestalla vació a las puertas del confinamiento por la pandemia, y, cuando el equipo se coloca séptimo y el Athletic gana la Copa, y contando que tendremos que sudar sangre para conservar tal posición en la tabla de aquí a final de temporada, resulta que no, que mejor no ir a “la Intertoto esa” porque si no bajaremos a Segunda.

Intento, de verdad, ponerme en la piel de todo el mundo, comprender las distintas maneras de pensar, para respetarlas todas; una actitud que debería ser la base del valencianismo y, en definitiva, de la vida. Pero que nos pueda venir mal clasificarnos para competiciones continentales, con todo lo que ha llovido y llueve desde que el proyecto de Mateo y Marcelino saltara por los aires en el verano de 2019, no me entra en la cabeza. Y además el argumento que se esgrime a tal efecto no me termina ni mucho menos de convencer, por decirlo suavemente: “con la nula planificación de Meriton, si jugamos Liga, Copa y Europa, el Valencia se va a Segunda”.

Y yo que pensaba que esta temporada habíamos aprendido a ser al menos cautos, porque quiero recordar al personal que esa misma era la sentencia en agosto, cuando había cuatro locos que decíamos que había mejor equipo. No por calidad, sino por el compromiso de los que formaban la plantilla y la limpieza previa de Baraja. ¿De verdad ahora todo depende de la política deportiva de Meriton (que ni ellos conocen), y que acabar en un puesto que nadie esperaba se puede convertir en un problema? Me lo van a tener que explicar muy despacio y con mucha claridad. Y no prometo nada.

He hablado muchas veces de la ambición de Baraja, incluso he discutido por ello. Quien ponga en duda eso, con respeto lo digo, es que no conoce a la persona. Y tiempo ha tenido, que el muchacho está aquí ya desde hace veinticuatro años. Rubén no quiere quedar séptimo, no, para nada, sino en el puesto más alto posible, sin miedos y sin límite. Y creo que igual él sabe bastante mejor que cualquiera de nosotros lo que puede venir en verano. Aunque claro, lo mismo los de fuera sabemos más, que también me lo creo.

Quiero acabar con dos cosas. La primera es darle las gracias al Valencia por la invitación al partido homenaje a los héroes del Doblete. Recibí un mensaje que me alegró como si fuera un niño, y lo mismo sucedió con cincuenta compañeros más de los medios que pudimos disfrutar de aquel tiempo. Fue un retorno al pasado, a un momento maravilloso a nivel personal y profesional, y vivirlo en Mestalla con mi mujer y mi hija es algo que agradeceré siempre al club y a Fernando Giner, el gran artífice de esta iniciativa. Como le dije el otro día, cada vez le debemos más recuerdos, y mejores.

Y quiero acabar con un amigo. Con alguien que ha sido muy importante para mí desde hace quince años y que lo seguirá siendo siempre. Rafa Marín ya no es director de este periódico, porque Prensa Ibérica le ha encomendado otros menesteres. Y lo que quiero es darle las gracias. Las gracias por convertir a Súper de nuevo en un medio de referencia, en devolverle su peso entre los medios valencianos, su prestigio. Todos los que nos hemos criado aquí lo sentimos nuestro, sea cual sea la relación que tengamos. Han sido tres años de discusiones que si reveláramos igual tendríamos que irnos a una isla desierta, y también tres años de liberad total y absoluta para decir lo que pensaba. Siempre. Sin matices y sin importar que yo fuera una especie de verso suelto editorial. Mi enhorabuena y mis mejores deseos a José Luis Valencia y, especialmente, a Vicent Chilet. Siempre hay gente de Albal cerca de mí y parece que seguirá siendo así. Tenemos pendiente ganar una Champions, por cierto. En aquel partido contra el Chelsea de 2019 casi nos acaba dando un infarto a los dos, y eso se tiene cobrar de alguna forma. Éxitos y acierto.

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