Novak Boskovic, internacional serbio de balonmano, fue hallado muerto domingo en la ciudad de Crvenka, en la que residía. Su cuerpo fue descubierto frente a su domicilio junto a una escopeta de su propiedad, pues se trataba de un gran aficionado a la caza, como acostumbraba a mostrar en las redes sociales. La policía cree que se suicidó de un disparo en la cabeza.

Boskovic, que había desarrollado la mayor parte de su carrera en el balonmano israelí, había formado parte de la selección serbia que participó en el Europeo de Polonia de 2016. Boskovic estaba casado y recientemente había sido padre de una niña.