El último tango de Del Potro en Buenos Aires

El tenista argentino dice adiós a una legendaria carrera marcada por las lesiones

DELPO (1)

DELPO (1) / ARGENTINA OPEN

Los amantes del buen tenis han vivido unos días montados en una montaña rusa emocional. La inmensa alegría que supuso el anuncio de la vuelta de Del Potro para jugar como invitado el Open de Argentina fue breve. En rueda de prensa la Torre de Tandil explicó que la razón de volver a una pista tras 965 días ausente no era otra que la de jugar su último partido como profesional. Una retirada tan esperada como llorada, que el bueno de Juan Martín quiso que fuera en su país:

"No encontraba mejor torneo que el de Buenos Aires para poder hacerlo. Creo que, después de estas semanas, Dios dirá qué pasa. Hoy quiero elegir vivir como una persona de 33 años tratando de no tener dolores y no como un deportista profesional, que hasta el día de hoy me siento. Es una decisión difícil. La quería comunicar"

Un jovencísimo Delpo ya despuntaba en Argentina

Un jovencísimo Delpo ya despuntaba en Argentina / SD

Las razones de su adiós

Después de una carrera asediada por las lesiones, el gigante argentino confiesa sentirse moralmente hundido y sin energía para seguir. La muñeca y la rodilla fueron apagando silenciosamente a un argentino destinado a competir con la terna más laureada de la historia del tenis. Sin embargo, el 'Thor' del tenis, no descarta ,si se dan las circunstancias que lo permitan, volver algún día a la práctica del tenis:

"No descarto no seguir consultando médicos que me digan por dónde pasará (las molestias físicas y su mejoría). Pasó con Murray o con Andújar, que se operó cinco veces el codo, quizás las cosas cambian para mejor"

El último partido de Delpo

El Buenos Aires Lawn Tennis lleno hasta la bandera se disponía a despedir a uno de los mejores tenistas de su historia. A sus 33 años, el argentino se enfrentaba al partido que nunca había querido que llegara. Tras más de 15 años de carrera, no habría una próxima vez.

El partido transcurrió como era esperado, un mermado Delpo sucumbió sin oponer demasiada resistencia ante su compatriota Delbonis. Uno de los momentos más emotivos del partido fue cuando se disponía a comenzar su último servicio. Las lágrimas se apoderaron del tímido tenista, y la afición argentina no pudo evitar contagiarse de la desolación que transmitía Delpo.

"No llores porque terminó, sonríe porque sucedió". Ese debería ser el resumen de la genial carrera de un mago de la raqueta que sólo la suerte de las lesiones evitó que se convirtiera en probablemente el mejor tenista de la historia.