­«Banega tiene una cláusula prohibitiva para el fútbol de hoy en día». Con esta reflexión abandonaban los dirigentes del Valencia el estadio de Mestalla después de realizar el acto de renovación de Éver hasta el próximo 30 de junio de 2015, que mantiene la cláusula de rescisión de 30 millones de euros. A día de hoy es una pieza básica en la plantilla y tanto Manuel Llorente como Braulio se apresuraron a advertir que su nuevo contrato no es una maniobra para tener más poder en un venta del jugador el próximo verano. Traspasarlo era la hoja de ruta trazada al acabar el pasado ejercicio, sin embargo, la Dirección Deportiva ha cambiado su opinión, motivada por el cambio de actitud del argentino en los últimos meses. Ahora Banega es feliz dentro y fuera de los terrenos de juego.

Éver aterrizó en Valencia el 5 de enero de 2008, sólo tenía 19 años y creyendo que «si no salía a esa edad de Argentina, a lo mejor no se le presentaría otra oportunidad de venir a Europa». Rafa Salom, máximo responsable del Consejo en la parcela deportiva, apostó fuerte por el argentino tras asesorarse de un amigo personal que conocía de primera mano el fútbol argentino, antes de que Koeman diera el OK definitivo. La entidad blanquinegra pagó 13.033.000 euros a Boca Juniors y 1´5 al agente Marcelo Simonian (Dodici). Su madre le insistió entonces en que no se le subieran «los humos», pero cuatro años después, Banega admite que «adaptarme me costó un poco, al club le conozco muy bien y estoy muy feliz, espero seguir así». Ocho días después de llegar a Valencia Koeman le hizo debutar contra el Atlético, curiosamente el club al que fue cedido en el primer ejercicio de Unai, con quién no hizo la pretemporada al disputar con Argentino los Juegos Olímpicos de Atenas 2008. No brilló y regresó a Mestalla, donde ha ido ganando peso poco a poco. «Banega ha evolucionado tanto deportiva como personalmente en los últimos tiempos, ha ido en una dirección fantástica y el nivel humano es el mejor que he visto en el Valencia. En la vida de un jugador siempre hay altibajos, hay momentos en los que uno no está del todo contento y cuando ocurre eso existen rumores de mercado. Espero que sigas dando asistencias y marcando algunos goles más», aseguró el presidente después de ver un vídeo con alguno de sus goles.

Hoy es una pieza clave en el once titular del Valencia, y como decía Braulio Vázquez, será el propio Éver quién decida con su juego dónde está su techo: «En el fútbol hay pocos jugadores cuyo futuro lo puede marcar él, para mí Éver va a marcar su futuro y va a ser lo que él quiera. Lo demuestra cada día con su comportamiento dentro y fuera del campo, y va creciendo. ¿Cuántos jugadores pueden definir su futuro? Pienso que muy pocos y él es uno de ellos». Cuando escuchaba estas palabras, el ´10´ del Valencia sintió cosquilleos en su interior. «La verdad es que he mejorado mucho, estoy disfrutando de la oportunidad que me dan y trato de aprovecharla. Espero poder recompensar esta confianza con trabajo dentro del campo y ojalá podamos ganar un título», señaló un ambicioso Banega, al que tanto Braulio como Manuel Llorente desean que siga siendo uno de los futbolistas importantes.

Con su anterior contrato, que expiraba en 2013, el VCF se veía obligado a estudiar su futuro para evitar su marcha a coste cero dentro de un año. Los técnicos le ven mucho más centrado y eso ha facilitado las cosas para mejorar su rendimiento, y también convenció a Braulio. El Inter de Milán ha espiado al argentino de cara al próximo ejercicio y aunque Llorente no puede asegurar al cien por cien que seguirá en el club: «¿Sabemos aquello que dice que de esta agua no beberé? Lo hemos renovado para que siga aquí todo el tiempo posible. Nosotros tenemos que llegar a un punto en que los buenos jugadores deben seguir en el VCF, construir ese equipo que todos queremos para satisfacción de los aficionados y ser cada vez más grandes. Hemos pasado un tiempo en que era necesario tomar decisiones impopulares». Ahora ya no.