El partido más especial de Álvaro Cervera

En Mestalla dejó el sello de un futbolista con clase, no el de un gran goleador, pero sí capaz de levantar de los asientos a los aficionados con remates inverosímiles, centros medidos al área o lanzamientos de falta. Ya había sido internacional cuando el Valencia CF. Durante sus tres temporadas coincidió con futbolistas como Quique, Penev, Eloy, Arroyo, Leonardo o Fernando Gómez, personaje que después iba a ser clave en sus inicios como entrenador. En Cádiz, hablar de Álvaro Cervera es hacerlo de un hombre que cambió la historia del club y que está llamado a seguir escribiendo páginas de oro durante muchos años.

Llegó en abril de 2016 cuando el equipo militaba en Segunda B, un curioso fichaje porque el equipo estaba cuarto en la clasificación a falta de solo cuatro jornadas y tenía prácticamente asegurada su participación en la fase de ascenso. Una serie de derrotas consecutivas y un clima irrespirable, con pintadas de los ultras en los coches de los jugadores, desataron los nervios en la directiva y se llevó a efecto el relevo. Álvaro iba a sustituir en el banquillo a otro ilustre valenciano, Claudio Barragán, y no podían imaginar en la Tacita de Plata de qué forma iba a significar aquello un antes y un después en la historia del club.

Álvaro Cervera subió ese año al Cádiz a Segunda A y el pasado verano, después de un intento fallido, hacía realidad un objetivo perseguido por el club durante muchos años, el regreso a LaLiga Santander. Era su quinta temporada en el banquillo del Carranza y, días antes de reanudarse la competición, en el mes de junio sellaba su renovación por cuatro años más, hasta 2024. Un hecho insólito en el fútbol español y una apuesta total que al Cádiz CF le está funcionando de maravilla. Este lunes se estrena por primera vez como técnico en Mestalla y ante el Valencia CF, uno de los clubes que más le marcaron en su carrera como futbolista. De hecho, tras colgar las botas fue aquí donde se instaló y se sacó el título de entrenador, para iniciarse en la escuela del propio Valencia CF y en equipos como el Catarroja y el Villarreal juvenil.

Fernando Gómez apostó por él primero para el CD Castellón, al que ascendió de Segunda B a Segunda División, y posteriormente en el Alicante, dos pasos que resultarían decisivos en su trayectoria como entrenador profesional. Nada, sin embargo, le han regalado. Después un largo periplo, Cultural Leonesa, Real Jaén, Real Unión de Irún, Recreativo de Huelva y un breve paso por el Racing de Santander que supuso su debut en primera división. Tres temporadas, entre 2012 y 2015, iba a entrenar en otra plaza complicada, el CD Tenerife, al que también rescataría del pozo de la Segunda B, hasta recalar en la bahía de Cádiz.