Un Valencia tan digno como necesitado (1-1)

El equipo de Bordalás rescata, con otro penalti de Soler, un punto en Granada en un partido en el que no merecía perder, pero que evidencia la alarmante ausencia de un plan B

Gayà, frente al Granada

Gayà, frente al Granada

Vicent Chilet

Vicent Chilet

Peleando cada palmo libre de césped, del primer al último minuto, el Valencia rescató a tiempo un punto en Granada en un partido en el que no mereció nunca perder, en el que atacó el partido con cabeza alta, actitud y sin conservadurismos, y en el que un nuevo gol de penalti de Carlos Soler fue como el hallazgo de una pepita de oro para seguir soñando con un futuro mejor. El Valencia de Bordalás es un equipo tan digno como necesitado, en el que la evidente ausencia de un Plan B amenaza con marchitar toda posibilidad de esperanza. [Resultados y clasificación de LaLiga, en directo]

Desde el primer minuto el Valencia va a por el partido, nunca especula, va de cara siempre, ya sea a una disputa o la portería rival, sin regatear ningún esfuerzo. No es un bloque que se refugie en la autocompasión por ser víctima, que lo es, de todos los disparates societarios. Es la primera enseñanza que vislumbra en este equipo y que se debe atribuir claramente a la influencia de Bordalás, en un plantel que apenas se ha renovado en los dos últimos años. Lo agradecerá un Mestalla educado en esa agresiva verticalidad de pisar el área rival desde el primer minuto de juego, como se vio con la primera aparición de Cheryshev, hasta el último segundo de una prolongación que en la primera parte se fue hasta los ocho minutos por todos los aparatosos accidentes que comporta luchar por balones imposibles. Es un Valencia con falta evidente de calidad, pero que vuelve a lucir esas imágenes antiguas de jugadores con la cabeza vendada, como Maxi Gómez.

Carlos Soler, ante el Granada

Carlos Soler, ante el Granada

No se debería haber ido perdiendo el Valencia al descanso. Tuvo la iniciativa, casi todas las llegadas, remató hasta en 13 ocasiones (cuatro entre palos) a la portería de un inspirado Escandell. Un empuje que Robert Moreno preveía y por ese motivo, por primera vez desde su llegada al Nuevo Los Cármenes, plantó una defensa de tres centrales para contener el apetito visitante y lanzar contragolpes. A pesar del dominio valencianista, también se apreciaba desde muy pronto por donde se podía agrietar el partido. En el primer contragolpe granadino, Luis Suárez ganó la espalda a Alderete, pero Gayà se cruzó muy oportuno para evitar males mayores. En el minuto 17, tras un envío al área de Correia, Neva salvaba un saque de banda y, con maestría, Bacca proyectaba al espacio para que su compatriota Luis Suárez escapase de nuevo de Alderete y batiese a Mamardashvili, de nuevo titular pese al debate abierto en la titularidad con Cillessen.

Ante los afilados intentos aislados del Granada, la presencia de un Valencia que pese a tener que cargar con la posesión, Soler, Guedes y Wass atacaban con la cabeza levantada, y con Cheryshev desequilibrando su duelo con Foulquier. Llegadas hubo variadas. Los disparos a media distancia de Wass, cuya pegada agradece su posición más centrada. Guedes tuvo un par, claras, pero Escandell primero y Domingos Duarte después, bajo palos, evitaron el empate. Antes del descanso, fue Cheryshev quién probaría en sendas ocasiones los guantes del meta de Carcaixent.

Fallos de Maxi y cambios tardíos

Con esa misma intensidad, el Valencia siguió perseverando tras el descanso, ante un Granada que Moreno retocó con Milla y Antonio Puertas, intranquilo ante el dominio valencianista. En el 54 y 56 Maxi perdonó el empate. Primero con una falta ensayada, botada por Soler, rematada por arriba. Casi a continuación recogió un balonazo largo, con fallo en el corte. Solo ante Escandell, quizás con la visión un poco alterada por el aparatoso vendaje en la cabeza, remató muy flojo y centrado.

El partido, era inevitable, se estiró y el Granada aprovechó los riesgos asumidos por los visitantes con contragolpes. Mamardashvili sacó una mano bajo palos en un córner, en su primera intervención decisiva. Llegados al minuto 70, se ven las costuras de un once inicial competitivo, de actitud valiente pero que, cuando se estira el partido, aguanta el primer cambio ante la ausencia dea alternativas. Mientras, Moreno introducía más leña al fuego con Darwin Machis y Jorge Molina.

Manu Vallejo, el refresco de costumbre, fue el primero en saltar al campo, en el minuto 78. Aún sin recambios de garantías, el Valencia iba a morir de pie, generando emboscadas, como la de Soler y Gayà para robar una pelota en ataque a Antonio Puertas, que cazó al lateral de Pedreguer. Carlos Soler aguantó la espera, todo el juego psicológico de rigor, mirando con los ojos abiertos la portería para batir con fuerza, a media altura y junto al poste, con todo el academicismo posible, a Escandell. El justo premio corrió peligro con el gol anulado, por la agudeza tecnológica del VAR, al valenciano Montoro.