Hugo Duro hace temblar los cimientos de Mestalla con un empate épico (3-3)

El delantero salió en el 85 y marcó dos tantos en el descuento para salvar un punto

Pau Pardo

Pau Pardo

La fe mueve montañas. Y si no que se lo digan a Mestalla y al Valencia. El equipo de José Bordalás empató de forma épica un partido que en el minuto 90 tenía perdido gracias al doblete de Hugo Duro en el tiempo de descuento. A pesar de que la calidad del Atlético puso el choque casi imposible, los valencianistas empujados por un público entregado se repusieron a todo para rascar un punto al vigente campeón. Un empate con sabor a victoria por la entidad del rival, pero más si cabe por el mensaje que manda: el Valencia de Bordalás no entrega las armas hasta que no pita el árbitro.

El Valencia salió con un planteamiento similar al del partido contra el Villarreal. Tres en el medio y mucha solidaridad de los extremos para cerrar. Bordalás situó a Daniel Wass sobre Koke y a Uros Racic sobre De Paul con Hugo Guillamón haciendo de pivote posicional haciendo coberturas y pendiente de las caídas de Correa y Griezmann. Con están propuesta logró desactivar casi media hora a un Atleti incómodo con la posesión de la pelota y que no lograba encontrar las vías para hacer daño.

El cuadro blanquinegro entregó el balón a los colchoneros, que no cogieron de forma tan radical ese rol de equipo propositivo como sí hizo el Villarreal en la jornada anterior y trató de darle el cuero también al Valencia en diferentes tramos para que arriesgase en salida y pillarle con espacios. Las ocasiones, más allá de tímidos disparos lejanos, brillaron por su ausencia en los primeros compases ya que cuando el conjunto valencianista lograba robar, el Atlético ejecutaba bien el repliegue y también la presión tras pérdida. El Valencia era incapaz de salir articulando más de tres pases seguidos.

Con el paso de los minutos el equipo del Cholo se fue creciendo a partir de encontrar a Correa y, sobre todo, a Griezmann entre líneas. El francés flotaba por detrás de los interiores dando fluidez al ataque y en una de sus apariciones le despejó totalmente el panorama a Luis Suárez, que recibió el balón en posición de uno contra uno con Diakhaby y después de deshacerse muy fácil del francés, hacía el primero del partido en su primer disparo entre los tres palos.

Al Valencia se le planteaba un nuevo escenario de partido y el tanto visitante le dejó un poco grogui, como si ponerse por detrás no estuviese contemplado en el plan, y le llevó a unos minutos de regalar la pelota por miedo a que el Atlético volviese a castigarle. Sobre la bocina del primer acto sí tuvo algo más de coherencia en circulación, especialmente a través de Guillamón, pero sin lograr penetrar en una defensa que se metió en campo propio muy ordenada.

El equipo de Bordalás salió a la segunda mitad con las mismas piezas, pero con varios ajustes de planteamiento. Tiró las líneas un poco más arriba, arriesgó algo más en la presión –le costó conceder algunos espacios- y buscó llegar por la vía rápida. Cinco minutos después de la reanudación se metía de nuevo en el partido con un gol en propia del Atlético provocado por el centro-chut de Guedes tras un buen balón ganado en el suelo por Racic.

El polémico gol que supuso el 1-3

El polémico gol que supuso el 1-3 / F. Calabuig

Mestalla entraba en escena y empezaba a intimidar al Atlético. Una buena jugada individual de Foulquier encendió aún más al público y el Valencia respondió manteniendo las líneas algo más altas y buscando llegar a portería rival. Minutos después, no obstante, el Atlético hacía el segundo tras una pérdida de Guillamón en el medio y una definición de crack de Griezmann por la escuadra derecha de Cillessen. Golpe durísimo a las opciones de un Valencia que quedó anestesiado y recibió el tercero a través de Vrsaljko, un gol no exento de polémica, ya que el colegiado lo anuló primero por manos de Suárez, pero el VAR le avisó de la supuesta legalidad del tanto.

Final de locura

El encuentro se volvió loco y el Valencia replicó con un larguero de Daniel Wass. Bordalás movió ficha dándole un cariz más ofensivo al centro del campo con la entrada de Yunus y Marcos André por Racic y Wass para conformar un trivote más ofensivo con Soler y el norteamericano. El guion de partido no le pareció mal a un Atlético que se replegó y pasó a buscar la salida a la contra, además de poner a Kondogbia –que fue duramente pitado- por detrás de los medios.

A pesar de lo adverso del resultado, el Valencia no se vino abajo y en el tramo final de la contienda no dejó de frecuentar la portería de Jan Oblak, al que puso en dificultades en varias ocasiones a través de Guedes. El impacto de Musah en el partido fue también positivo con varias carreras que despertaron los aplausos de Mestalla. Los siete minutos añadidos por el colegiado fueron el mejor argumento para reavivar al estadio y el gol de Hugo Duro a centro de Gayà encendió una luz de esperanza a la que el público se aferró con fuerza para empujar hasta el final. La inquebrantable fe de equipo y afición obtuvo su premio cuando Hugo Duro hizo estallar el estadio con el tanto del empate.