Maxi sube al Valencia al tren de Europa (1-2)

Los de Bordalás dieron un golpe de autoridad en Balaídos y se llevaron los tres puntos

Celebración del gol del Valencia frente al Celta

Celebración del gol del Valencia frente al Celta / Salvador Sas

Andrés García

Andrés García

Golpe de autoridad del Valencia en Balaídos. Había que ganar después de la decepción contra el Rayo Vallecano y se hizo en un partido más bueno que bonito. El equipo de Bordalás rompió su racha de tres empates consecutivos, conquistó los tres puntos de Vigo y se dispara en la tabla de la clasificación: octavos a un punto del séptimo que es el Barcelona. No brilló el fútbol, pero el equipo hizo un partido serio, fue eficaz cara a puerta como nunca y se aprovechó de los regalos navideños de un Celta que fue menos Celta desde que se lesionó Iago Aspas. Maxi Gómez resucitó en la que fuera su casa para marcar el gol de la victoria y subir al Valencia al tren de Europa.

Y eso que el Valencia comenzó en Balaídos igual de mal que acabó contra el Rayo. Impreciso, frágil y con la misma inseguridad defensiva de siempre. La suerte es que el Celta es igual de ruinoso en defensa. Fue noche de regalos ahora que se acercan las fechas navideñas. El error de Alderete en el primer gol es imperdonable. No es digno de un central de Primera y menos de un equipo de Bordalás. El paraguayo quiso salir con el balón jugado y acabó metiéndose en un lío para el desespero de su entrenador y sus compañeros. Brais le robó el balón y Iago Aspas lo llevó a la red con una maniobra perfecta eliminando a Hugo en el regate y superando a Cillessen con un disparo cruzado. Irreconocible Omar haciendo más de lo que sabe. El único consuelo en la jugada es que Iago cayó lesionado y tuvo que ser sustituido. Coudet dio entrada a Tapia para reforzar el centro del campo y gestionar la ventaja.

CELTA DE VIGO - VALENCIA

CELTA DE VIGO - VALENCIA / Salvador Sas - EFE

El partido se ponía muy cuesta arriba. Menos mal que Dituro quiso echarle una mano al Valencia. Lo del portero del Celta es de locos. Otra jornada regalando un gol. Esta vez, se durmió con el balón en los pies. Robo de Maxi y gol a placer de Hugo Duro. Menuda pifia del argentino. Coudet le daba una patada a una botella de agua. Los dos técnicos tenían motivos para estar enfadados. Celta y Valencia jugaron a no fallar hasta el descanso sin fútbol, sin profundidad, sin presión alta y en el caso del Valencia también sin balón.

La entrada de Racic mejoró al equipo

Racic por Koba. Bordalás movió el banquillo en busca de una reacción que llegó, como siempre, de las botas de Gayà y del circo también navideño que es el Celta en defensa. El capitán le robó la cartera a Kevin, levantó la cabeza y conectó con Maxi Gómez en su tercera asistencia de la temporada. Aidoo y Araújo hicieron el resto dando todas las facilidades del mundo. El uruguayo, a diferencia de toda la temporada, se movió con habilidad dentro del área y batió a Dituro en el mano a mano. No lo celebró por respeto a su pasado celeste, pero era para hacerlo. Dos goles en 16 jornadas de LaLiga es un bagaje muy pobre.

El Valencia gestionó su ventaja mejor que el Celta replegándose, parando el partido, intentando que se jugara poco y saliendo a la contra cuando se podía. También sobreviviendo gracias a Cillessen. El neerlandés salvó el empate con una mano imposible a cabezazo de Santi Mina, pero el Celta no hacía daño. El daño se lo había hecho la lesión de Iago desde muy pronto. Gayà, el mejor del Valencia, tuvo la oportunidad de matar el partido en dos contragolpes. No hizo falta. 1-2. Segunda victoria lejos de Mestalla y quinta victoria de la temporada. Ahora solo queda acabar fuerte el año contra Elche y Levante.

Ficha interactiva del Celta de Vigo - Valencia CF