Para soñar con la Champions hay que fichar (1-2)

El Valencia cerró el año con una derrota en Mestalla y puso fin a su racha de tres victorias consecutivas en un final que dio al traste con todo el trabajo realizado

Guedes se lamenta de una ocasión fallada frente al Espanyol

Guedes se lamenta de una ocasión fallada frente al Espanyol / Francisco Calabuig

Andrés García

Andrés García

No hubo premio Champions. El Valencia cerró el año con una derrota en Mestalla y puso fin a su racha de tres victorias consecutivas. El equipo de Bordalás se adelantó con un gol de cabeza de Alderete, pero dio un paso atrás cuando lo tenía que haber dado hacia adelante. Le faltaron piernas, fútbol y cabeza para gestionar mejor la ventaja. El Espanyol se aprovechó ayudado por los cambios de Vicente Moreno y remontó el partido en cinco minutos con goles de RDT de penalti y Puado de cabeza. La derrota fue excesiva, pero deja una lectura clara: el fondo de armario no llega para luchar por objetivos ambiciosos. Hasta un equipo que no había ganado todavía lejos de casa en toda la temporada encontró más argumentos en el banquillo para romper el partido en la última media hora. Solo hay una solución para soñar con Europa: hay que fichar.

Y eso que el Valencia empezó mejor que bien. No había pasado ni un minuto y Wass ya había disparado a puerta. Fue toda una declaración de intenciones. El Valencia salió a mandar, a intentar llevar la iniciativa con el balón y a morder arriba cada vez que lo perdía. El gran arranque del equipo casi encuentra premio con un centro de Hélder y una cabezazo al palo de Hugo Duro superando por arriba a los centrales del Espanyol. El Valencia saltaba, corría y jugaba más. Mestalla aplaudía la presión de Guedes. O la energía de Thierry. La grada se identificaba con el equipo de Bordalás siempre bien plantado en el campo y sin errores no forzados en el pasillo central como exige el entrenador. El cuadrado de seguridad Alderete, Hugo, Wass y Soler se sentía fuerte por dentro con y sin balón. La primera media hora fue del Valencia. Fue entonces cuando el equipo bajó una marcha la velocidad, Darder comenzó a entrar en contacto con el balón y RDT levantó la voz con sus primeros chispazos de la tarde. Es muy bueno. El Valencia, de más a menos como el partido, se cayó. El Espanyol en cambio entró en escena con mucha posesión, pero afortunadamente con muy poca sensación de peligro para Cillessen. Los dos equipos se marcharon al descanso con la sensación de que para ganar había que hacer algo más.

El Espanyol se lo tomó al pie de la letra y disfrutó de la ocasión más clara del partido con un despiste en banda izquierda y una salida a medias de Cillessen. RDT perdonaba casi a puerta vacía. Lejos de asustarse, el Valencia respondió con un centro-chut envenenado de Hélder y un penalti dudoso a Maxi Gómez que reclamó todo el estadio. El Valencia estaba vivo. Y tanto. Helder (el mejor de la clase) colgó un balón perfecto desde la izquierda y Alderete se hizo grande en el área para cabecear con violencia a la red. ¡Pa-ra-gua-yo! Mestalla enloquecía. No era para menos. Pero el Valencia lejos de dar un paso adelante lo dio hacia detrás. Cillessen empezaba a ser peligrosamente demasiado protagonista. El neerlandés evitó el empate con un pie abajo a disparo de Embarba. Aunque para pies salvadores el de Thierry cortando una contra perica.

El Valencia esperaba bien replegado intentando hacer largo el partido y corriendo a la contra. El problema es que el Espanyol adelantaba líneas. Puado y RDT avisaron desde el borde del área hasta que llegó el gol en uno de los únicos desajustes defensivos del partido. Hugo Duro cerró tarde, derribó a Jofre dentro del área y RDT no perdonó desde los once metros aunque por muy poco porque el balón entró por bajo de Jasper. ¡Qué pena! Más grave fue el segundo gol en un centro lateral prohibido de Jofre que Puado remató de cabeza. En cinco minutos los de Vicente Moreno habían dado la vuelta al partido. La tuvo el debutante en Mestalla Rubo de cabeza estrellando el balón en el larguero, pero ya no hubo tiempo para más. La Champions está muy lejos. Es la realidad. La única forma de acercarse es fichar.