COPA DEL REY

La Copa de Hugo Duro (2-1)

El Valencia se planta en semifinales tras un áspero duelo con el Cádiz y con protagonismo absoluto del delantero madrileño, con una asistencia y gol decisivos

Hugo Duro celebrando un gol con sus compañeros

Hugo Duro celebrando un gol con sus compañeros / JM López

Vicent Chilet

Vicent Chilet

El Valencia vuelve a estar en semifinales, por trigesimoquinta vez en su historia vuelve a estar a dos partidos de volver a disputar una final, tras doblegar en un partido áspero a un muy combativo Cádiz en un partido repleto de justicia poética, de astros alineados. La Copa redimió a Hugo Duro, el delantero honrado, protagonista absoluto al asistir en el primer gol y marcar el segundo, justo tres años después de aquellos cuartos de final en los que un rebote (“tocó en Hugo Duro”) privó al Getafe de las semifinales. Su ovación al ser retirado en el minuto 94, tras no parar de correr en todo el choque, fue un premio más que merecido. La velada, tensa y repleta de matices, con cambio de guion con la entrada de Maxi Gómez, tuvo de todo, hasta la expulsión de Juan Cala, abroncado toda la noche en su primera visita a Mestalla tras su incidente racista con Diakhaby la temporada pasada. En la satisfacción del pase a semifinales, otras lecturas, como la falta de oficio del Valencia para dominar el juego y las emociones, incluso con superioridad numérica.

Mestalla y el Valencia fueron con todo, conscientes de estar ante una de esas noches que reactivan al club. Con una fenomenal entrada, el estadio presionaba hasta en cada pelota tocada por Juan Cala, con su incidente racista con Diakhaby todavía muy fresco. Presionaba el Valencia, con una alineación muy competitiva, de acero por la banda derecha con Foulquier y Thierry Rendall. Por la izquierda con la brega de Gayà y los primeros destellos en el esperado debut de Bryan Gil. Fue una señal de ambición su cesión y fue una señal de ambición sacarlo desde el inicio. Tal vez había ganas de volver a ver trotar un perfil así, de puro talento, pero tras su primer caño más de un hincha ya establecía conexiones con el 21 a la espalda de Aimar, con la zurda de Vicente y con el trote desgarbado y la media melena de Cruyff.

Guedes, tras marcar su gol frente al Cádiz

Guedes, tras marcar su gol frente al Cádiz / JM López

La intención era la mejor, pero el Cádiz supo desactivar con una gran organización colectiva la invitación al factor intimidatorio de Mestalla. Incluso los de Sergio merodeaban el área de Jaume. Era un partido de desplazamientos largos, mucho codo y mucho taco en los saltos y balones divididos, que sacaron de plano por momentos a jugadores que necesitan bajar la pelota al pasto, como Carlos Soler, mordido por un Andone pasado de revoluciones hasta lesionarse. En cambio, el duelo estaba en la salsa perfecta para Hugo Duro. El madrileño, situado en punta, se vació por completo, presionando hasta el extremo, si hacía falta, al portero rival David Gil. Sin pausa, el Cádiz parecía más cómodo hasta que en el minuto 24 Hugo Duro se inventó la jugada del primer gol, atacando con mucha viveza un control tímido de Juan Cala, y verticalizando la conducción para ceder a Guedes, que anotaba el gol.

El partido no estaba ni mucho menos cerrado, porque tampoco con ventaja en el marcador el Valencia pudo gobernar el juego, imponer el tan determinante oficio que reclamó Bordalás para enero. Con un fútbol directo, el Cádiz fue ganando yardas, con el Valencia refugiándose coincidiendo con las molestias musculares de Diakhaby. En el 55, el VAR detectaba el agarrón del debutante Cömert sobre Juan Cala, muy difícil de vigilar en la pelota parada. Lucas Pérez marcaba el penalti, cuyo disparo Jaume llegó a adivinar y tocar. El Valencia estaba fuera del partido, incapaz de reinterpretar el juego, a merced de un Cádiz que seguía acechando a balón parado, con Juan Cala enviando al poste el remate de un saque de esquina. Dar la vuelta a la situación empezaba en el banquillo, para refrescar a un bloque atenazado. Bordalás daba entrada a Maxi Gómez e Ilaix Moriba. La referencia como nueve del uruguayo era, al menos, una brújula. En su primera aparición, Maxi entró al remate con la fuerza de un búfalo a cabecear. Mestalla rugió, el Valencia se instaló en campo rival y tras dos córners seguidos se protestó un penalti sobre Hugo Duro. El partido había hecho click.

Bryan Gil y Moriba combinaban en corto en la frontal, muy jugones, en una jugada trenzada con Gayà que dio origen al saque de esquina del gol liberador. Un córner peinado por Diakhaby y cabeceado con todo por Hugo Duro, dispuesto a ser el protagonista no solo del partido, de esta Copa, sino de toda la temporada valencianista. Quedaba un final explosivo, con la segunda amarilla a Juan Cala, una roja que Mestalla aplaudió con justicia poética. En su camino a vestuarios, Diakhaby, en un llamativo gesto, fue a buscar al central andaluz, originándose una pequeña trifulca.

Ficha técnica interactiva del Valencia - Cádiz