El contraste de estilos, aliado para la victoria

Pendiente de Paulista, el equipo de Bordalás puede volver a su versión reactiva, más efectiva, ante la mayor iniciativa bética

La protocolaria fotografía entre ambos entrenadores junto con el trofeo de campeón de la Copa

La protocolaria fotografía entre ambos entrenadores junto con el trofeo de campeón de la Copa / RFEF

Vicent Chilet

Vicent Chilet

La final, sobre el terreno de juego, será la de dos estilos contrapuestos. Un contraste del que el Valencia puede salir favorecido al potenciar sus mejores virtudes. Ante la propuesta asociativa y de toque de llevar la iniciativa por parte del Betis, el conjunto de José Bordalás puede oponer su versión más pragmática: presión, velocidad, balones al espacio, contras, pocos toques y precisión. Los valencianistas van a encontrarse con un rival de perfil distinto al que tanto se le ha atragantado en las últimas jornadas. Cádiz, Rayo y Osasuna obligaron al Valencia a manejar el control y atacar en estático, desactivando su mordiente y enjaulando toda la capacidad de sorpresa de Gonçalo Guedes. El último partido contra el Villarreal queda fuera de la ecuación, al jugar con una alineación B y tener la cabeza ocupada en la decimoctava final de la historia del club.

Si hubo un encuentro que cambió el chip de Bordalás fue, precisamente, la aparatosa derrota contra el Betis en el Benito Villamarín de la primera vuelta. Aquel 4-1 fue quizás el choque en el que los valencianistas se vieron más superados por un rival durante toda la temporada. La valiente idea de presión adelantada ejecutada durante las primeras jornadas había naufragado y el equipo cambió radicalmente de guion. Se vio en la jornada posterior, frente al Villarreal en Mestalla, en la que el Valencia adoptó una actitud más conservadora, minimizando riesgos y aprovechando las pocas ocasiones. El 2-0 contrarió a Unai Emery, pero fue el punto de inflexión de una racha positiva de siete partidos invicto. Superado el bache siguiente con la reincorporación de Paulista, desde la clasificación del Valencia para la final de esta noche, cada partido ha sido un ensayo pensado en el duelo contra el Betis y priorizando por encima de todo la seguridad defensiva, base de las opciones de victoria en la Cartuja.

Precisamente, Gabriel Paulista es la pieza sobre la que descansa todo el andamiaje defensivista del Valencia. El central hispano-brasileño, lesionado ante el Rayo Vallecano hace tres jornadas, ha tratado de recortar plazos en la recuperación a contracorriente y ayer se le vio entrenando junto al resto de compañeros, en los primeros quince minutos abiertos a la prensa. Su vuelta daría forma a la defensa de tres centrales, junto a Diakhaby y Alderete, base sobre la que el Valencia encajó solo 2 goles en siete partidos (cuatro victorias y tres empates), antes de volver a caer contra Osasuna (1-2), ya sin Paulista en la alineación. El resto del once es bastante reconocible, con la duda de incorporar el mayor oficio y garantía defensiva de Dimitri Foulquier en el doble lateral, lo que dejaría en el aire la inclusión de Hugo Duro. Con Giorgi Mamardashvili en portería, Gayà en el lateral, Guillamón y Soler en el medio, con Bryan Gil y Guedes en posiciones más avanzadas. Si Paulista no llega a tiempo, podría retroceder Guillamón a la defensa e incorporar a Ilaix Moriba en el medio.

En el Betis, Pellegrini deslizará a su once de lujo con Claudio Bravo, Bellerín, Pezzella, Bartra, Álex Moreno, Guido Rodríguez, William Carvalho, Canales, Juanmi, Fekir y Borja Iglesias.