El sufrimiento de Paulista en La Cartuja
Llegaba entre algodones pero dio la cara y completó los 120 minutos. No sin problemas, eso sí
Una de las dudas en la semana previa a la gran final era cómo iba a llegar Gabriel Paulista. El hispanobrasileño, que se lesionó contra el Rayo en Vallecas, llegaba entre algodones pero dio la cara y completó los 120 minutos. No sin problemas, eso sí.
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Al final de los primeros 90’ necesito ‘ayuda’ de los fisios que estuvieron masajeándole en el área técnica. Ayudándole a ‘estirar’ al máximo esos esfuerzos que, aunque no sirvieron para llevar la Copa a València, dejaron claro que es uno de los ‘bastiones’ del vestuario de José Bordalás.
En rueda de prensa también sufrió para ‘aguantar’ las lágrimas. No lo hizo del todo. En la primera pregunta se rompió y tuvo que respirar. Bordalás le mimó con gestos de cariño protegiéndole y pasándole la mano por la espalda o tocándole el brazo.
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Abandonó la sala de prensa sin consuelo, como cada uno de los valencianistas que se marchó de La Cartuja pensando que la Copa había estado a un palmo. Gabriel, como Gayà minutos antes, había sido el reflejo de todos los aficionados que se marcharon a dormir entre lágrimas.