El nuevo reparto de la ciudad

El levantismo ha consolidado un crecimiento periférico a nivel social, en el entorno del Ciutat y en la huella del Cabanyal, ante un valencianismo que ha resistido el desarraigo de Peter Lim

La afición del Valencia CF, en Mestalla

La afición del Valencia CF, en Mestalla / Germán Caballero

Vicent Chilet

Vicent Chilet

La edad de oro del Levante UD en Primera, con 14 temporadas en Primera de las últimas 18, ha consolidado el derbi contra el Valencia como una de las tradiciones futbolísticas de la ciudad. Así sucede sobre todo para la generación más joven de aficionados, y también para muchos jugadores canteranos de ambos equipos, que no tienen el recuerdo de las décadas de asimetría en las que el conjunto «granota» sobrevivía en divisiones inferiores. La continuidad casi estabilizada en la élite de los levantinistas, que ha coincidido con la mayor convulsión societaria del Valencia, desembocada en el proceso de venta y en una tensa cohabitación con el máximo accionista Peter Lim. La mezcla de estos factores ha contribuido a que el reparto del mapa futbolístico de la ciudad haya experimentado un ligero movimiento de capas tectónicas. Sin discutirse una hegemonía demográfica notoria a favor de los valencianistas, los azulgrana han ido robusteciendo un espacio propio.

La nueva realidad social en la que los aficionados del Valencia comparten cada vez más zona con el Levante UD se sitúa al norte de la ciudad, en torno al estadio Ciutat de València, en cuyo alrededor gravitan muchas de las nuevas costumbres y liturgias de. Con más de medio siglo de historia, el recinto ya es más bastión que símbolo del viejo desarraigo, cuando se inauguró en 1969 rodeado de huerta y alejado de los dos focos sociales del Levante UD transformado de la fusión de postguerra: los poblados marítimos del Levante FC y el barrio del Carmen del Real Gimnástico. Orriols ya es el barrio de València que más porcentaje de socios levantinistas agrupa. El paso de las décadas y la vocación de la entidad de ampliar horizontes no ha diluido la influencia del Cabanyal y la Malvarrosa, segundo y tercer barrio con más seguidores del Levante UD. A continuación, la lista se completa con otras áreas urbanas cercanas al Ciutat de València, como Benimaclet, con una densa población estudiantil, y Benicalap, así como Alboraia, primer municipio fuera de València (pero pegado al estadio) con más abonados levantinistas. Ya por detrás se sitúa Ciutat Vella, base de un gimnastiquismo que pervive en minoría pero con influencia societaria. Sin ir más lejos, la familia Catalán procede de la rama “granota” y “azulgrana” del actual Levante UD.

Espacio socialdemográfico del Levante UD

Espacio socialdemográfico del Levante UD / SD

Con todo, y a expensas de los posibles efectos de un supuesto descenso de categoría, se puede concluir que en tiempos dados a la deslocalización de la masa social de los clubes, el Levante UD ha ido forjando un cinturón periférico, entre la zona norte de la ciudad y la huella fundacional de los barrios marítimos (con el añadido del proyecto estratégico de la ciudad deportiva de Natzaret). En contraposición, el Valencia conserva una presencia generosa en todo el cap i casal, pero con mayor dominio en el centro y muy nutrido en las comarcas. Los brotes de seguidores del Levante UD en el área metropolitana de València crecen, sobre todo, en Burjassot y Paterna, bien conectados con el Ciutat de València, y Torrent.

El crecimiento social del Levante UD se ha adaptado a la hegemonía de un Valencia con una base irreductible de 30.000 socios en unos tiempos como los actuales, bajo el desarraigo de la gestión de Meriton Holdings. Sobre esa base, la masa social blanquinegra experimenta crecimientos efervescentes en picos de prosperidad, cuando se vuelve a Europa, y con la euforia de las finales, donde despliega el músculo social, adormecido en la última década.