Tiago Ribeiro busca alcanzar la élite con el Valencia

Tiago Ribeiro no ha cambiado el Principado de Mónaco por Valencia CF para ser un jugador más del filial. Como tampoco dejó su Oporto natal para jugar con los monegascos. El centrocampista portugués tiene una idea entre ceja y ceja a corto plazo: alcanzar la élite del fútbol europeo. Su fichaje por el club de Mestalla, de la mano de su representante Jorge Mendes, es un paso estratégico para que suceda. 

Después de una gran temporada en la cantera del Mónaco, en la que exhibió alguna de sus grandes virtudes como el desplazamiento de balón o el golpeo desde larga y media distancia, y haber debutado con el primer equipo (aunque apenas jugó un minuto), Ribeiro quiere pisar la Primera División. En una entrevista concedida a los propios medios de la entidad monegasca el año pasado ya explicó que su objetivo era firmar un contrato profesional con el club. 

En el Valencia sabe que aunque su punto de partida a nivel competitivo sea el filial, llega para tener dinámica de primer equipo en el día a día y que va a estar muy considerado por Gennaro Gattuso si muestra el nivel suficiente para hacerse un hueco en un centro del campo en el que la brecha entre la unidad A (Guillamón , Yunus y Soler) y la B ha quedado evidenciada en el primer mes de pretemporada y en el que a expensas de ver cómo evoluciona el mercado, la falta de perfiles es alarmante. Llega como cedido con opción de compra y espera convencer al club para que la ejecute.

Su espejo es Rubén Neves

Una de las revelaciones importantes que hizo en aquella entrevista, además de expresar su deseo de llegar a la élite y a la Selección de Portugal, en la que es internacional por las categorías inferiores, es que su referente futbolístico es Rubén Neves, centrocampista del Wolverhampton. 

Criado también en el Porto, Ribeiro se identifica con ese perfil de ‘6’ más técnico que agresivo, que pide la pelota y al que le gusta probar suerte con los tiros alejados. El jugador zurdo marcó seis goles y repartió cuatro asistencias el pasado curso y maravilló a balón parado. Él mismo confiesa que se siente cómodo en esta faceta, pero también que debe mejorar a la hora de pugnar por robar el balón o su pierna menos hábil.