SUPERREPORTAJE DE LA SEMANA

"Quien encuentra a Rino, encuentra un tesoro"

«Gattuso y el VCF tienen ganas de revancha», considera Fiore sobre un entrenador que «es un caso raro en el fútbol» por una honestidad en la que sus jugadores, según Zaccheroni, «son intocables»

Gattuso, en su primer partido oficial en Mestalla

Gattuso, en su primer partido oficial en Mestalla / JM López

Vicent Chilet

Vicent Chilet

«Ojito, tratadme bien a Gattuso». «Mándale un abrazo de mi parte, lo quiero como si fuese un hijo». «Dile a Rino que reserve sitio para a una paella cuando vaya a verle»… En la despedida de cada conversación con entrenadores, compañeros, rivales y médicos que han coincidido a lo largo de su carrera con Gennaro Gattuso, aflora una estima incondicional hacia el nuevo técnico del Valencia, un tipo que se hace querer a partir de lo que todos denominan «un carisma natural» que le convierte «en una persona limpia» que «siempre da la cara por los jugadores» y asume desafíos incómodos, a contracorriente. El reto de renacer a un histórico en horas bajas como el Valencia es consustancial a un técnico de orígenes muy humildes que se hizo a sí mismo y que, a través del fútbol, también como tantas familias del sur de Italia, con unos valores de «respeto y trabajo» que le siguen guiando hoy. Superdeporte deconstruye la figura futbolística y humano de «Rino», a partir del testimonio de Alberto Zaccheroni, su primer entrenador en el Milan; el «professore» Enrico Castellacci, histórico jefe de los servicios médicos de la selección italiana; Massimo Ambrosini, compañero suyo en la medular del Milan; y de Stefano Fiore, rival sobre el terreno de juego y con el que comparte el orgullo de pertenencia por su origen calabrés.

El reto de Mestalla

«Ama los desafíos» y es «un excelente motivador» Asumir el banquillo del actual Valencia, con tres años sin ir a Europa y en plena crisis societaria, puede parecer una aventura demasiado temeraria para todo entrenador que, por regla general, busca proyectos de garantías sólidas: «Pero Rino ama los desafíos. Pero no porque sea un inconsciente, sino porque sabe que puede llegar a afrontarlos y salir airoso y ganador a partir de esa generosidad de espíritu que le distingue», señala el doctor Castellacci, de 71 años, que dialoga con Superdeporte tras atender una operación quirúrgica. 

El exvalencianista Stefano Fiore, de 47 años, destaca que Gattuso podría haber elegido un reto «más cómodo» con las opciones que se le presentaban en la Serie A: «Haber elegido el extranjero para reivindicarse lo dice todo. En Italia habría tenido una situación cómoda, porque conoce mejor el ambiente, la mentalidad. Aceptar un desafío distinto, en otro país, en un club que atraviesa un periodo particular de crisis es una señal del carácter que tiene Rino. El Valencia y Gattuso, que viene de una última experiencia extraña en Florencia, tienen ganas de revancha».

Y en esa misma línea, Alberto Zaccheroni, de 69 años, comparte que la etiqueta de «hombre de desafíos» Gattuso la encara a partir de «su gran energía» y su capacidad «para agitar a todo un estadio». «Es un excelente motivador. Deberá adaptarse a la cultura futbolística española, mucho más «palleggiata» (con más balón) respecto a Italia. Llega a un equipo histórico y le motivará muchísimo intentarlo renacer».

«La gran mayoría de entrenadores necesitan estudiar la motivación en libros y métodos de gestión de grupos. A él esa «grinta» (energía) le viene espontánea, natural, entra en el corazón del jugador», añade el «professore» Castellacci, que da cuenta de esa tenacidad de Gattuso de creer en imposibles, con una anécdota en los días previos al Mundial de Alemania en 2006. Gattuso, titular inamovible en el centro del campo de la Nazionale de Marcello Lippi junto a Pirlo, se había lesionado en el entrenamiento. Castellacci fue a visitarlo a su habitación en una escena que ya forma parte de la historia del fútbol italiano moderno: «Al entrar en su habitación vi que escondía la pierna en la cama. «No me pasa nada profesor», me gritó. Cuando le arranqué la sábana encontré un muslo con una hinchazón enorme. Un derrame grandísimo. La resonancia confirmó por desgracia un desgarro de 13 centímetros. Lo normal era dejarlo en casa pero él nos amenazó con engancharse al autobús que salía al día siguiente al aeropuerto». Castellacci y Lippi concluyeron que «si había un solo jugador capaz de remontar plazos y llegar a tiempo era Gattuso. Adquirimos un riesgo enorme». Con sesiones de 12 horas al día, en constante trabajo con los fisios, Rino llegó a tiempo. «Solo se perdió el primer partido. Lo jugó todo después, hasta llegar a los penaltis en la final. Fue clave para que acabásemos siendo campeones».

Por su parte, Massimo Ambrosini, compañero en el centro del campo del Milan de los años 2000, reconoce que es precisamente «ante las situaciones de dificultad», como la que atenaza al Valencia, «en las que Rino se crece y logra la mejor versión de sus jugadores. Sus equipos nunca tienen miedo», apunta el actual comentarista televisivo, de 45 años.

Factor humano

«Un hombre de verdad» con «orgullo calabrés» Zaccheroni se detiene en el Gattuso de 21 años. En el chico recién llegado a San Siro procedente de la Salernitana y que se había fogueado en el Glasgow Rangers. «Llegó a un Milan con gente como Maldini, Costacurta, Albertini, Leonardo. Eran tipos que habían hecho mucha historia y aún así eran los primeros en llegar, los últimos en irse…» Gattuso era muy joven para que se convirtiese entonces en un líder, pero inició un proceso de aprendizaje empapándose de cada detalle: «No paraba de fijarse en ellos, y de tratar de seguir su ejemplo. Era puntual, hacía vestuario, se cuidaba y respetaba a los mayores. Se hizo líder con los años, en silencio, y sobre todo bajo la influencia de Ancelotti, que fue su mentor. Cuando los grandes capitanes se hacían mayores o empezaron a retirarse, Gattuso encarnó esa cultura de trabajo y de respeto».

A nivel humano, Castellacci lo cataloga como «un hombre de verdad». «Todos te dirán lo mismo porque todo lo que ves y escuchas de su boca, representa siempre la realidad, con Gattuso no hay nunca máscaras. Quien encuentra a Rino, encuentra un tesoro. El aficionado apreciará su sinceridad, su apertura mental, por sus dotes humanas es un ejemplo raro en el fútbol, en 16 años de médico en la selección no he visto tipos tan generosos», señala el galeno. En este sentido, Fiore considera que Rino en Italia «nunca buscaba excusas y asumía culpas que no le correspondían». «Otros entrenadores buscan esconder sus limitaciones en el mercado, en los jugadores, en el momento societario. Rino es una persona de mirada limpia que se expone en primera línea y da la cara, a veces siendo demasiado honesto», añade. En esa convivencia entre medios, aficionados y dirigentes, Gattuso tiene «una parte intocable», apunta Zaccheroni: «Como entrenador siempre se decanta por la parte de los jugadores, los defiende, los defiende a muerte y ellos le profesan un gran cariño. Protege al equipo, como hacía de jugador».

La franqueza del carácter de Gattuso hace que Castellacci se muestre especialmente molesto con las críticas sobre el supuesto racismo del técnico que emitieron algunos sectores en València: «Fueron injustas y me consta que las ha sufrido mucho. No corresponde a lo que él piensa y su propia historia», afirma Castellacci para referirse a los insultos de «terrone» (aldeano) que acompañaban a Gattuso en algunos estadios del norte de Italia.

Gattuso y Castellacci posan con la Copa del Mundo

Gattuso y Castellacci posan con la Copa del Mundo / Enrico Castellacci

Gattuso no solo no esconde sus orígenes meridionales, su acento, su dialecto, sino que «no pierde ocasión de demostrarle al mundo que es calabrés, con salidas simpáticas en las ruedas de prensa», responde Fiore, también calabrés, de Cosenza, apenas a una hora en coche de las playas de Schiavonea en las que empezó a jugar Gattuso: «Hemos crecido a pocos kilómetros de distancia, aunque luego nuestros recorridos fueron distintos. Nos tenemos mucho afecto y nos enorgullece haber representado a Calabria, somos gente muy apegada a nuestra tierra». Aunque Fiore reconoce que «Gattuso tira más de dialecto que yo», el mediapunta del Valencia en la temporada 2004-05 recuerda los encendidos duelos entre su Lazio y el Milan, con el Scudetto en juego: «Siendo los dos centrocampistas, nos encontrábamos por la misma zona del campo y me marcaba muy de cerca, y nos buscábamos el uno al otro en dialecto calabrés, según quién de los dos iba ganando».

Estilo de juego y cultura

«Nació en el mar» y «el público de València es cálido y pasional» Gattuso ha llegado a València con un estilo atrevido y al ataque que, según todos los entrevistados, encaja con la cultura de juego de LaLiga y la ambición histórica de Mestalla: «Ha elegido el Valencia porque tenía la necesidad de demostrar, más todavía, su idea de fútbol. Un fútbol jugado, elaborado, propositivo. Y ha elegido una cultura como la española y un club con la historia del Valencia para plasmarlo. Es un contexto ideal para Rino. Tenía la necesidad de sentirse vivo en un contexto de ambición para trasladar que es un entrenador de juego valiente», indica Ambrosini, para quien la imagen de aquel centrocampista rudo y pasional de su etapa como jugador es un pensamiento tópico que en Italia «lo ha cambiado por completo. Su Milan y sobre todo su Nápoles eran equipos que jugaban muy bien a fútbol».

El proceso ha sido largo, reconoce Zaccheroni, con experiencias «desde abajo» en Suiza, Grecia o Pisa, pero Gattuso ha ido modelando su discurso futbolístico «potenciando la construcción del juego desde atrás, fijándose mucho en los entrenadores que marcan tendencia» para incorporar «más aspectos a su ideario y no dejar de aprender».

Conocedor de Mestalla, Fiore introduce la variante sociológica para asegurar que Gattuso se sentirá en casa: «Rino se adapta perfectamente a la idea del fútbol valenciano. Es un público cálido, que está muy cerca de su equipo. Es un hombre del sur, calabrés, con una personalidad fuerte. Ese carácter que ya lo exhibía como jugador, se lo ha llevado detrás como técnico. Apenas firmó por el Valencia tuve claro que era la elección ideal, tanto para Rino como para el Valencia». «Es un chico meridional, que nació y se crió frente al mar. En una ciudad tan mediterránea y abierta como València, se encontrará casi como en casa. Ya lo visteis en el primer partido», comparte Zaccheroni. Y remata la teoría el doctor Castellacci: «Muy pronto Mestalla y Gattuso se reconocerán en su hambre de éxito y exigencia».