Lim-Gattuso, historia de otro abandono

El técnico se cansó de ser portavoz, dar la cara por el club, trabajar en balde en el mercado y no sentir ayuda

Gattuso acude a despedirse de la plantilla . Reunión posterior de la directiva del club

Gattuso acude a despedirse de la plantilla . Reunión posterior de la directiva del club / JM López

Andrés García

Andrés García

Gennaro Gattuso es pasado del Valencia Club de Fútbol. El técnico acudió este martes a la ciudad deportiva de Paterna para despedirse de la plantilla y los empleados del club y, de esta forma, poner fin a un proyecto que Peter Lim ha dinamitado en siete meses. Rino llegó cargado de energía en junio. Medio año después, el italiano se marcha con «cara de mierda», como él decía», desgastado y abandonado por una propiedad que consiguió que se sintiera «solo». Como en su día le pasó a José Bordalás o Javi Gracia. De nada importó que el calabrés fuera de la cuerda de Meriton y presumiera de una privilegiada conexión con el propietario (hasta tres viajes a Singapur desde su fichaje en junio). Lim-Gattuso es la historia de otro entrenador abandonado. Y van muchos. Demasiados.  

Nadie esperaba que Gattuso arrojara la toalla tan pronto. Ni siquiera el club. Que lo ratificaran después de la derrota de Valladolid lo confirma. La plantilla tampoco esperaba un desenlace como el del lunes. Eso sí, buena parte de los jugadores importantes que hablaban con el italiano en el día a día se lo veían venir. Según ha podido saber SUPER, conocían su frustración y sabían que tarde o temprano podía acabar explotando. Como así fue.

Gattuso llegó al Valencia con la sensación (por ser quien era) de que podría involucrar a Lim y armar un equipo competitivo con refuerzos de su agrado, pero se ha estrellado contra la realidad de Meriton. El detonante principal de su marcha fue la falta de fichajes. Gattuso no se vio con fuerzas para seguir en el momento que le comunicaron en la reunión del lunes que el club no iba a reforzar la plantilla en el mercado de invierno. Esa fue la gota que colmó el vaso. Desgraciadamente para el Valencia, la relación entre Gattuso y venía deteriorada desde los últimos meses. La reunión de noviembre en Singapur en la que Lim se comprometió a reforzar la plantilla fue el punto de inflexión. Desde entonces, todo se tornó en desconfianza entre las dos partes. 

Gattuso se cansó de dar la cara y ser portavoz del club como le ocurrió a sus antecesores. Se hartó de llamar y llamar por teléfono a jugadores y que sus esfuerzos en clave mercado no sirvieran de nada. No entendió la gestión que hizo la propiedad de los casos Toni Lato y Jesús Vázquez. Sintió que le echaban las culpas por la falta de fichajes cuando él solo quería refuerzos que mejoraran la plantilla. Y se dio cuenta de que ya no podía hablar con nadie de fútbol dentro del club. Ni siquiera con Miguel Ángel Corona. En definitiva, cada vez se sentía más solo. A eso hay que unir su fracaso deportivo en Valladolid después de las reuniones con la plantilla del viernes y su metedura de pata con Mestalla. Estaba al límite. Ya no podía más.