Baraja lidera la resurrección

Rubén desbloquea el equipo a nivel futbolístico y anímico, y su figura reverenciada recupera en un solo partido la conexión con Mestalla

Baraja da instrucciones a Ilaix Moriba en el partido contra la Real Sociedad

Baraja da instrucciones a Ilaix Moriba en el partido contra la Real Sociedad / JM Lopez

Vicent Chilet

Vicent Chilet

El Valencia y el valencianismo se reencontraron después de 107 días sin victorias, con la figura de Rubén Baraja como nexo de unión deportivo, psicológico y hasta casi espiritual, por el respeto y liderazgo que despierta el entrenador vallisoletano entre la afición de Mestalla. El triunfo contra la Real Sociedad significa solo un punto de partida, que no sirve ni siquiera a nivel clasificatorio después de la victoria del Almería al Barcelona, pero sí se percibieron durante el partido señales variadas del efecto que el Pipo ha dotado a un equipo y a un entorno que parecen haberse desbloqueado.

El Valencia vuelve a sentirse con fuerza y con argumentos para reaccionar. Estas son las teclas que Baraja supo tocar con acierto, en su regreso a Mestalla casi 13 años después de su retirada como futbolista. El ambiente en el final de aquel encuentro de 2010, respecto al del pasado sábado en 2023, fue muy parecido. Como si no hubiese pasado el tiempo.

Los jugadores del Valencia celebran la victoria contra la Real Sociedad en Mestalla en la última jornada de Liga

Los jugadores del Valencia celebran la victoria contra la Real Sociedad en Mestalla en la última jornada de Liga / JM Lopez

Volver a ganar lo cambia todo

Es uno de los mensajes en los que más ha insistido Baraja desde su llegada. Frente al pesimismo instalado en casi todos los rincones del valencianismo, el recordatorio de que una primera victoria lo volteaba todo. Desde el estado anímico a las prestaciones futbolísticas. El técnico, con un mensaje fresco en un entorno muy saturado, reiteraba que con 16 partidos todavía en juego era incomprensible tirar la toalla.

El silbatazo final de Hernández Hernández supuso una liberación colectiva, con las lágrimas de Hugo Duro como metáfora de toda la intensidad emocional acumulada en los tres meses y doce días. Con la amenaza del descenso todavía muy presente, otra Liga comienza para el Valencia y su hinchada. Adiós a la depresión.

Thierry y Hugo Duro, tras la victoria frente a la Real Sociedad

Thierry y Hugo Duro, tras la victoria frente a la Real Sociedad

Conexión con Mestalla

Volver a sentirse fuertes en Mestalla, con una hinchada que aupara hacia donde era incapaz de llegar a un equipo frágil y tocado, fue otro de los mensajes tocados por Baraja en los días previos. El preparador, respetuoso y sin entrar con el derecho a manifestarse de los aficionados, vino a decir que del minuto 1 al 90, la energía de la grada hacia sus jugadores debía ser una prioridad. Así se comportó Mestalla, que supo leer lo que necesitaba el partido en cada instante y protegió y también impulso a su equipo. Un cambio cualitativo respecto al desangelado ambiente en la derrota frente al al Athletic. Y una verdad de la que tomar nota: es absolutamente compatible la crítica a Lim con llevar en volandas al equipo. Una grada viva, en el centenario del templo.

Liderazgo sólido

La fuga de Gennaro Gattuso dejó un cráter en el vestuario, en un proyecto fiado casi en exclusiva a la capacidad motivacional del entrenador italiano por potenciar un bloque joven y con carencias. En su interinidad, Voro no fue capaz de levantar el ánimo de un grupo huérfano, pero Baraja sí ha logrado construir los cimientos de una nueva mentalidad y liderazgo. Tanto por carisma, como por exigencia futbolística.

Es un liderazgo sólido y reconocible, lo que descarga de nuevo de presión al equipo. Su reverenciada figura también conecta con la grada. En su primer partido desde el banquillo de Mestalla se le vio muy participativo e incluso marcándose alguna arenga, al estilo Cholo Simeone. Como jugador, con un estilo y puesta en escena fría y cerebral, Baraja no se prodigaba en gestos ‘cancheros’. Como entrenador, el momento crítico del equipo obligaba a un esfuerzo añadido, también escénico.

Baraja celebra la victoria del Valencia frente a la Real Sociedad

Baraja celebra la victoria del Valencia frente a la Real Sociedad

Orden, sin altibajos

La cuenta @LaLigaenDirecto desvelaba una de las grandes asimetrías del Valencia en esta temporada. Contándose solo los resultados de las primeras partes, los blanquinegros serían quintos en la clasificación. Un Valencia de dos caras, que se ha desplomado repetidamente en los segundos actos hasta el punto de verse en descenso. La ausencia de fondo de armario en el banquillo, la entereza psicológica de un bloque joven en los minutos finales de mayor presión psicológica, la mayor capacidad de entrenadores rivales para leer los finales de partidos con los cambios, todo se alineaba en contra de un Valencia inestable.

Contra la Real Sociedad, en cambio, se vio un Valencia de orden inalterable, sin altibajos, constante los noventa minutos. Ante la Real Sociedad, uno de los visitantes más peligrosos, no hubo ninguna fase del partido con decaídas. Se entró bien al partido y, tras el primer gol, no se renunció a buscar el segundo incluso en los minutos finales, en los que se esperaba un asedio donostiarra. Baraja incorporó los primeros detalles propios, como dejar dos referencias en ataque en los saques de esquina del rival, obligando al conjunto de Imanol Alguacil a no incorporar tantos rematadores potenciales.

Toni Lato controla el balón en el partido de liga Valencia CF - Real Sociedad

Toni Lato controla el balón en el partido de liga Valencia CF - Real Sociedad / JM Lopez

Portería a cero

En sus tres meses y medio de crisis, el Valencia se enfrentaba a un gran problema. Pese a que Giorgi Mamardashvili siempre destacaba, nunca se dejaba la portería a cero. Unido a las dificultades para ser efectivos en ataque, los partidos se traducían en derrotas con poco que el contrincante estuviese acertado, como sucedió ante rivales directos como el Cádiz, Valladolid, Girona y Getafe, en los que volaron 12 puntos con solo 4 goles rivales. Mamardashvili volvió a destacar, pero también ganó en sobriedad un sistema defensivo con mayor contundencia colectiva. Se vio un equipo más pragmático, muy ordenado ante un rival con facilidad para rematar, hasta dejar de nuevo la portería a cero por primera vez en Liga en 2023.