Lim, cada vez huele más a descenso

El Pipo está disgustado porque el equipo se ha estancado. El miedo se apodera de la plantilla. La afición empieza a perder la esperanza. El barco se hunde y solo quedan diez finales para salvarse

Layhoon, en Paterna

Layhoon, en Paterna / JM López

Andrés García

Andrés García

Peter Lim ha destrozado el Valencia. El club ni tiene una estructura deportiva para soportar las crisis del equipo. Ni por supuesto tiene un presidente ni un director deportivo que bajen al vestuario en los momentos difíciles para intentar cambiar el estado de ánimo a través de sus mensajes.

La presidenta Layhoon Chan y el director técnico Miguel Ángel Corona acudieron ayer por la mañana a la ciudad deportiva en el día después de la dramática derrota en Almería para estar al lado de Rubén Baraja y los jugadores en un intento de transmitir confianza y unidad. Pero sirve de poco. O de nada a estas alturas de temporada después de un cúmulo de decisiones negligentes, conformismo y dejadez de una propiedad que ha condenado al equipo a los puestos de descenso. Desgraciadamente para la entidad de Mestalla cada vez huele más a segunda. El barco se hunde y solo quedan diez finales a vida o muerte para evitar el desastre. La preocupación es máxima en Paterna. 

Baraja

La señal más peligrosa es el descontento de Baraja con el equipo. Nunca se le vio tan disgustado como en Almería. El Pipo sigue creyendo en la salvación, pero ni los números (7 puntos de 21 posibles con 8 goles en contra y solo 4 a favor) ni las sensaciones (sobre todo en el inicio de la segunda parte del domingo) le dan la razón. El técnico no está dispuesto a consentir más derrotas por falta de concentración e intensidad como la del último partido.

Uno de los objetivo de Baraja a su llegada al banquillo fue que el equipo supiera leer lo que exigía el partido en cada fase y en Almería no se consiguió. La derrota contra los de Rubi fue un paso atrás y la demostración de que el equipo no va por el buen camino. El cuerpo técnico asume que tienen mucho trabajo por delante y están obligados a cambiar muchas cosas de aquí a final de temporada para conseguir la salvación. 

Jugadores

Otro de los síntomas peligrosos que amenaza al equipo en las últimas diez jornadas de LaLiga es la presión. El miedo se ha apoderado del equipo. El Pipo había conseguido transformar las dudas en confianza a su llegada al banquillo, pero los dos últimos resultados negativos han supuesto un revés importante anímicamente. Baraja sabe que la cabeza va a ser fundamental y de ahí que no quiera hablar de «finales» para cargar a los jugadores todavía de más presión.

El capitán José Luis Gayà indicó el camino a la finalización del partido en el Power Horse Stadium: tienen que «hacer mucho más», no pueden permitirse más «desconexiones» y necesitan «aprender» de los errores. 

Afición

El valencianismo hará todo lo que esté en sus manos para salvar al equipo del descenso. Lo ha demostrado en los tres últimos en Mestalla con el Pipo al mando y en el desplazamiento masivo a Almería. Los aficionados están sufriendo mucho y es inevitable que se empiece a perder la esperanza en la salvación. La resignación se apoderó de la gente después del duro revés del domingo y cada vez son más los valencianistas que no pueden contener las lágrimas viendo como Meriton lleva a su equipo a segunda división. La imagen que proyecta el Valencia al mundo ahora mismo es la de los llantos desconsolados de sus aficionados. Ni se lo merecen ellos ni el escudo. 

Calendario

Solo quedan 10 finales para salvarse: Sevilla, Valladolid, Villarreal, Madrid y Espanyol en casa y Elche, Cádiz, Celta, Mallorca y Betis fuera. Para temblar. Y llorar