Baraja quiere una olla a presión el jueves

El valencianismo ha recuperado el pulso de un equipo que parecía haberlo perdido y este jueves, en la final ante el Valladolid, remará para que ponga un pie fuera de la UCI

La influencia de la afición en Elx fue mayúsculo y este jueves en Mestalla será todavía mayo

La influencia de la afición en Elx fue mayúsculo y este jueves en Mestalla será todavía mayo / JM López

Rafa Jarque

Rafa Jarque

Rubén Baraja ya conoce la receta para aferrarse a Primera División. Lo ha repetido hasta la saciedad desde que asumió el cargo, y el domingo quedó más demostrado que nunca. A falta de una gestión a la altura de lo que merece el Valencia, la afición es el motor de este equipo. En Elx el valencianismo convirtió el Martínez Valero en Mestalla, haciendo que los jugadores se sintieran como en casa y consiguiendo que jugaran con esa marcha más que provoca escuchar a más de 4.000 valencianistas dejándose la voz durante 90 minutos.  

El final no pudo ser más feliz. El equipo sacó los tres puntos y los desplazados regresaron a València con la alegría de saber que su equipo vuelve a estar metido en la lucha por la salvación. El Pipo, aclamado en más de una ocasión por la grada visitante del Martínez Valero, quiere que se repita la imagen este mismo jueves ante el Valladolid. Con la diferencia que el choque será en el feudo valencianista, por lo que la influencia de la mejor afición de España será incluso mayor. «Los necesitamos de aquí al final. Que nos empujen y nos ayuden y que nosotros les devolvamos con esfuerzo y trabajo», decía Baraja tras sacar tres puntos de oxígeno en Elx. 

La afición del Valencia CF en Elche

La afición del Valencia CF en Elche

La siguiente prueba de fuego llega sin mucho descanso de por medio. El partido ante el conjunto vallisoletano (jueves a las 19:30 horas) es otra final, más importante incluso que la de pasado domingo. El equipo ahora dirigido por Paulo Pezzolano es un rival directo en la pelea por la salvación. Una victoria supondría dejar la diferencia entre ambos equipos en un solo punto y, posiblemente, con el gol average ganado (depende del resultado). Volver a la senda de la derrota no solo sería un varapalo tras el ligero resurgir ante el Elche, sino que aumentaría la distancia en la tabla con los blanquivioletas hasta los siete puntos, con el gol average perdido. Una distancia difícilmente salvable con lo que resta de competición. 

Es un partido de seis puntos, como comúnmente se les conoce en este tipo de escenarios, y Baraja lo sabe. El llamamiento a la afición es evidente y el objetivo es que Mestalla se convierta en una verdadera olla a presión el jueves. De esas en las que siempre quieres jugar como local y odias verte en ellas como el equipo visitante. 

Si a algo puede agarrarse el valencianismo para salvar esta temporada que, termine como termine ya, entrará en las páginas negras del club, es a la comunión que sí existe entre el entrenador, su plantilla y la afición. Los jugadores confían en la dupla Pipo-Marchena y la afición también lo hace. El valencianismo está sabiendo separar a la perfección las necesarias protestas contra la deficiente gestión de Meriton Holdings, por un lado, y el apoyo que necesitan los jugadores en un momento tan crítico. En Elx la afición recuperó el pulso de un equipo que parecía haber perdido, y el jueves remará para poner un pie fuera de la UCI.