Marcelino tuvo claro que Lim no quería "crecer"

El exentrenador del Valencia aseguró que "hay tomas de decisiones que determinan si quieres crecer o crecer es lo secundario"

La rueda de prensa en la que Marcelino dio su versión sobre su destitución como entrenador del Valenica CF

La rueda de prensa en la que Marcelino dio su versión sobre su destitución como entrenador del Valenica CF / SUPERDEPORTE

Andrés García

Andrés García

Nadie se esperaba la destitución de Marcelino aquel 11 de septiembre de 2019. «El Valencia CF ha comunicado este miércoles a Marcelino García Toral su cese como entrenador del primer equipo. El club quiere agradecer su trabajo y dedicación durante su etapa en nuestra entidad y desearle los mayores éxitos para el futuro», anunciaba el club a través de un escueto y frío comunicado oficial.

Cuatro años después, el cese del asturiano sigue siendo la decisión más injusta de la ‘era Lim’. El valencianismo se indignó y con razón. Los primeros que no lo entendieron fueron los futbolistas. El vestuario lloró en su adiós. Hubo lágrimas. Y no era para menos. El máximo accionista echó sin razones deportivas al técnico que los hizo campeones y que había devuelto al equipo a la élite del fútbol español y europeo. Lim rompió el Valencia aquel día y ya no hizo nada para arreglarlo desde entonces.

Quien también se rompió fue Marcelino en su rueda de prensa de despedida. El asturiano agradeció emocionado y con alguna lágrima el trabajo y el apoyo de los jugadores y de la afición. Además, acusó a Peter Lim de haber cambiado, sin decírselo a la cara, el modelo de trabajo que pactaron a su llegada a la entidad. Para el técnico, la causa de su despido fue ganar la Copa. «Estoy seguro, absolutamente, sin ninguna duda, que el detonante de esta situación fue la Copa. Durante la temporada recibimos mensajes directos e indirectos de que teníamos que rechazarla. Para ellos es una competición menor y secundaria que ponía en riesgo la Champions». Al hilo de la conquista de la Copa, Marcelino denunció que «no hemos recibido ninguna felicitación en Sevilla por parte del propietario. Cuando el 19 de julio fui a Singapur me felicitó por la Champions y no por la Copa. Podréis entender mi sorpresa»

Marcelino en su despedida del Valencia CF

Marcelino en su despedida del Valencia CF / SUPERDEPORTE

Marcelino explicó que a principios de julio empezaron a ver situaciones que indicaban «que las formas de trabajo han cambiado». «Tras quedar campeones, nos vamos felices por lo que habíamos conseguido. Sobre el 30 de junio, siempre en contacto con Mateu, se dan situaciones en las que el modelo de trabajo parece haberse modificado. Producto de ello pedimos hablar con propietario en Singapur. Nos encontramos con situaciones normales y otras distintas a lo que esperábamos. Se dice que hay confianza en nuestro trabajo. Nada de cambio de modelo. Se dice que todo sigue igual. A partir de ahí llegamos a Suiza y vemos que no es así. Esto no se produce por una discrepancia entre el entrenador y el propietario. Es porque las condiciones pactadas por el director general y asumidas por dirigentes se traducen en que modelo cambia, pero no se nos dice a la cara. El propietario tiene pleno derecho de hacerlo, si lo comunica en tiempo y forma para dejar que nosotros podamos decidir si somos las personas adecuadas para seguir en este proyecto. Parece que no es así. Siempre hemos intentado mejorar el nivel competitivo de la plantilla, ese era nuestro único objetivo. Ayudar y participar en el crecimiento del Valencia». No le dejaron.

Marcelino García Toral en su despedida del Valencia CF

Marcelino García Toral en su despedida del Valencia CF / Ana Escobar - EFE

El asturiano correspondió al afecto de la plantilla, reconoció la importancia de Mateu Alemany e insistió en que se marcha con la sensación de proyecto inacabado. «La plantilla se sentía campeona y ganadora. Pero hay tomas de decisiones que determinan si quieres crecer o crecer es lo secundario. El Valencia es una obra incompleta. Teníamos ilusión por crecer. Nuestra única idea era seguir creciendo. Siempre respetando pactos iniciales con los que llegamos aquí. Nosotros no hemos modificado forma de conducta».

Marcelino, sin decirlo, dejó claro el hablar del ‘caso Rodrigo’ que la propiedad priorizaba el negocio al fútbol. «El propietario puede vender a quien estime oportuno y nosotros tenemos que estar preparados para solucionar es circunstancias. Estábamos preparados, pero desde el club me llegó el ‘imput’ de que no iba a venir ningún otro futbolista o por lo menos ningún otro que compensase una salida tan importante. Cuando tienes un futbolista relevante, puedes traspasarlo, pero otra cosa es estar abierto a venderlo el día 2 a las 00:00 horas. Puedes hacerlo salvo que no quieras mermar el objetivo, crecer y estar en Champions». Todas las reflexiones de Marcelino tienen vigencia cuatro años después. Lim no quiso crecer. Al revés. Desde aquel 11-S no ha dejado de empequeñecer al club.