La pizarra exige borrón y cuenta nueva

El Valencia ha encajado 10 goles hasta la fecha esta temporada, de los cuales cinco son a balón parado. Baraja alzó la voz en el Villamarín pidiendo "concentración" a su equipo

Baraja da órdenes a Pepelu durante el Valencia - Atlético

Baraja da órdenes a Pepelu durante el Valencia - Atlético / Francisco Calabuig

Rafa Jarque

Rafa Jarque

El Valencia CF atraviesa un bache. Es una realidad incontestable que ha frenado al equipo tras un arranque de liga más que decente. El rendimiento deportivo ha caído en picado en las últimas jornadas, aunque es importante recordar que todo está supeditado a una inaceptable gestión de Meriton y sus representantes en Valencia en el último mercado de fichajes veraniego.

Sería de todo punto aventurado hablar de una asignatura pendiente en el Valencia habiendo tantas. De hecho la novedad estaría en hallar una asignatura que esté superada. Sin embargo, sí es de recibo abordar el mayor lastre que está castigando al equipo en este primer tramo del curso a nivel deportivo: el balón parado. Los números hablan por sí solos: el 40 por ciento de los goles que ha encajado el equipo de Rubén Baraja hasta el momento preceden de una acción en estático. Ya sea en un córner, un libre directo o indirecto o desde el punto de penalti. 

El partido de este pasado domingo ante el Betis fue un agravante más. Dentro de la mala imagen defensiva que ofreció el Valencia, provocada en parte por la infinidad de bajas, especialmente en los laterales, la endeblez en los centros al área fue quizá el apartado más dramático. Así llegó el primer gol, tras una falta lateral que botó Isco al área y que, tras un remate completamente liberado de Marc Bartra, concluyó en el 1-0 de Assane Diao.  De las botas de Isco y, esta vez, en un saque de esquina, nació el segundo, el de la sentencia. En esa ocasión fue Marc Roca, quien entró como Pedro por su casa, el encargado de dejar el partido visto para sentencia. 

El primer y segundo gol verdiblanco fueron el cuarto y quinto gol que el Valencia encaja esta temporada de esas características. Cinco de diez. Antes Osasuna y la Real Sociedad ya habían hurgado en la herida. Los rojillos se llevaron los tres puntos de Mestalla gracias a un tanto desde los once metros y otro en el último minuto a la salida de un córner. Nacho Vidal fue el protagonista. Ante el cuadro txuri urdin, el gol que decidió la contienda llega en una falta en el medio campo que Tierney pone rápidamente en juego para que Carlos Fernández sorprenda a la zaga valencianista en cuestión de segundos. 

Son ya demasiados errores, demasiadas desconexiones que cuestan goles y, a la postre, puntos que se antojan necesarios para una pelea por la salvación que apunta a ser larga. Baraja es consciente de ello y tras el desastre del Villamarín alzó la voz: «No tiene sentido nuestro balón parado. Teníamos cuatro centrales más Pepelu. Cuatro o cinco jugadores de más de 1.85. Han sido dos acciones mal defendidas», pronunció el técnico vallisoleteano. «Trabajamos el balón parado, teníamos centímetros y ha sido una cuestión de concentración. El Betis al final ha sido superior en el juego. Se admite. Pero en el balón parado es cosa de concentración y no podemos buscar excusas», añadió el Pipo dando un toque de atención a su equipo.