La salvación ‘baja’ el ritmo

Transcurridas 16 jornadas del campeonato de Liga, el primer equipo que descendería sería el Celta de Vigo con 10 puntos, una media de 0,6 por partido, lo que situaría la permanencia en 24 puntos... Aunque los precedentes no invitan a confiarse

Gayà ante el Celta, un rival directo por la permanencia

Gayà ante el Celta, un rival directo por la permanencia

Pau Pardo

Pau Pardo

«No quiero hablar de una posición concreta en la tabla de clasificación. Para ser realistas, nuestro objetivo para esta temporada es trabajar duro y mejorar con el propósito de permanecer en Primera División y asegurarnos de no volver a sufrir como la temporada pasada. Una vez lo consigamos, estoy seguro de que el equipo aspirará a ser aún mejor y a lograr lo máximo posible dentro de nuestras posibilidades», fueron las palabras de Layhoon Chan en su autoentrevista en los medios oficiales del club cuando finalizó el mercado de fichajes.

El objetivo tangible que marcó a la entidad no fue otro que la salvación después de la agonía que sufrió la pasada campaña para mantener la categoría en una de las permanencias más caras de las últimas temporadas. Esta campaña, transcurridas 16 jornadas, el ‘ritmo’ de puntaje que marca esa zona roja ha bajado drásticamente con respecto al que acabó marcando el descenso el curso anterior y también al que se estaba marcando a estas alturas del año, aunque los guarismos avisan también de la mala idea que sería confiarse por el ‘apretón’ de los equipos de abajo en la segunda vuelta del campeonato. 

Actualmente el primer equipo que descendería sería el Celta de Vigo, que ha sumado solamente diez puntos en 16 jornadas. Un bagaje realmente pobre, por no hablar de los ocho y cuatro puntos de Granada y Almería respectivamente. De seguir a este ritmo (0,625 puntos por partido disputado), el conjunto gallego acabaría sumando después de 38 jornadas solamente 23,75 puntos (24 redondeando), lo que supondría una salvación exageradamente barata (el Valencia CF, actualmente con 19 puntos, apenas tendría que ganar un partido y empatar dos para lograrlo).

Las matemáticas, no obstante, obvian el hecho de que en la segunda vuelta estos equipos mejoran su rendimiento porque están más acostumbrados a lidiar con estas situaciones cuando toman decisiones sobre el banquillo e incluso corrigen algunas de las deficiencias de su plantilla acudiendo al mercado de fichajes de enero, algo que sucedió de forma bastante clara la temporada pasada cuando a equipos como el Cádiz CF les cambió la cara por completo con las caras nuevas que fichó. 

A nivel de puntos, la pasada campaña exigió mucho a los contendientes por la permanencia en una última jornada con bastantes equipos en riesgo de descender (entre ellos el Valencia, que aunque eran remotas, matemáticamente llegó al Villamarín con opciones de terminar perdiendo la categoría). El Real Valladolid, primer equipo de la zona roja, descendió con 40 puntos y el Almería se salvó con 41. En la jornada 16 de aquel curso el descenso lo marcaba el Cádiz con 15 puntos en su haber, cinco más que el Celta actual, estableciendo un dato de 0,9375 puntos por partido disputado, lo que siguiendo ese ritmo hubiese puesto la permanencia en superar los 35,6 puntos (36 redondeando) y finalmente fueron necesarios 41, es decir, cinco más de las previsiones matemáticas, acreditando la mejoría de los conttendientes de la zona baja en la segunda parte del torneo. 

El Valencia, que en aquel momento tenía los mismos puntos que ahora, aunque una menor distancia con la salvación, ya sabe que no puede quedarse atrás en las mejoras de la segunda vuelta del campeonato si no quiere volverse a ver metido en el problema, esta vez con la una plantilla igual de inexperta y todavía más corta.