Europa exige calidad y pegada

Los de Rubén Baraja desaprovechan en Mestalla la oportunidad de asaltar el séptimo puesto. En una tarde gris, el equipo, sin profundidad, echa de menos a Gayà

Imagen del Valencia - Mallorca

Imagen del Valencia - Mallorca / E. Ripoll

Pascu Calabuig

Pascu Calabuig

A Europa se viaja en primera clase, y hacerlo con un billete con el sello de la Liga cuesta más, mucho más, de lo que ofrece el Valencia CF. La excelencia en defensa de Cristhian Mosquera no basta. Si no hay más artillería, ni siquiera es suficiente el funcionamiento preciso de un mediocentro como Pepelu para deshacerse del Real Mallorca, aspirante el próximo sábado al título de Copa. Sin las dosis de calidad necesarias para desequilibrar y definir el esfuerzo de todo un colectivo como el que ha creado Rubén Baraja queda empequeñecido. Esta vez, ni la energía de Mestalla sirvió para escapar del empate a cero en una tarde gris en lo climatológico y, sobre todo, en lo futbolístico.

Las once piezas que el ‘Vasco’ Javier Aguirre colocó sobre el tapete desvelaron que las intenciones de los bermellones no eran amistosas, a pesar de tener a la vuelta de la esquina la final contra el Athletic Club. El entrenador mexicano fue con todo. Planeó el partido como un ensayo serio a la espera de ver en los suyos el carácter aguerrido con el que pelearán la Copa frente a los leones. Y, entre un Mallorca agazapado y combativo en la presión, el Valencia no se encontró

Fran Pérez, lamentando una ocasión fallada

Fran Pérez, lamentando una ocasión fallada / E. Ripoll

Las bandas blanquinegras sangraron echando de menos a José Luis Gayà, lesionado hasta finales de abril. Los del ‘Pipo’ únicamente enlazaron alguna que otra jugada peligrosa en el segundo tiempo, víctimas de no poder profundizar por ninguno de los flancos. Dimitri Folquier no es por la izquierda ni la mitad de lo que es por la derecha, por donde Thierry Rendall tampoco igualó ayer la potente versión que estaba mostrando el lateral de Guadalupe. La capitanía circunstancial del portugués simboliza la decadencia de una plantilla tan profesional como carente de experiencia y recursos. Recursos y templanza como no tuvo Peter Federico en la primera ocasión clara de los locales. Llegó en el minuto 48, ya en la segunda parte. El ex del Real Madrid pifió el remate cuando lo más sencillo hubiese sido embocar el balón en las redes de Dominik Grief. El meta eslovaco había volado un segundo antes para repeler hacia el poste el disparo de falta directa de Pepelu. El mediocentro de Dénia, Mamardashvili y Mosquera son, sin duda, el mejor producto que le queda al Valencia de Peter Lim.

Las ocasiones de Hugo Duro

El duelo perdió en rigor táctico y ganó en viveza y ocasiones conforme avanzó el segundo acto. Las siguientes ocasiones de los blanquinegros nacieron de la cabeza de Hugo Duro a centros de Thierry y Hugo Guillamón, pero Grief demostró que su exhibición contra la Real Sociedad en la semifinal copera no fue casualidad. En la recta final, Giorgi también salvó una vez más los muebles de un Valencia que evidenció que, si su ‘9’ no tiene el día, lo de sumar de tres en tres se la hace una inmensa bola. Más allá del compromiso de los jugadores y el buen hacer de Baraja, al equipo le falta la calidad en la que Peter Lim no quiere invertir desde tiempos remotos. Si se ha perdido una nueva ocasión de asaltar el séptimo lugar y acercase al sexto es exclusivamente culpa del máximo accionista, aunque Mestalla cada vez clame menos segundos contra él a lo largo del minuto 19.