El 9 de mayo de 2004 el Valencia ganaba en el Sánchez Pizjuán de Sevilla su sexto título de la Liga y solo diez días después, el 19 de mayo en la ciudad sueca de Göteborg, el equipo completaba una temporada casi perfecta conquistando la Copa de la UEFA, después de imponerse en la final al Olympique de Marsella por 2-0. Mista y Vicente fueron los grandes protagonistas de aquel partido en las dos jugadas clave. En la primera, Mista provoca poco antes de acabar el primer tiempo un penalti y la expulsión del meta Barthez, pena máxima que transformaba Vicente en el primer gol. Mediada la segunda mitad, un contragolpe conducido por el extremo acabaría con un centro milimétrico que el delantero bajó con el pecho y empaló a la red con su pierna izquierda. Un golazo que desataba la euforia valencianista en la grada y arrancaba los cánticos de «Campeones, campeones».

El Doblete soñado era un hecho que culminaba una campaña heróica, que cosas del fútbol había comenzado meses atrás con la frustración de no haber logrado la clasificación para la Champions League. No hay mal que por bien no venga.

Fueron diez días que conmovieron a todo el valencianismo, entre una Liga en la que el Real Madrid de los ´Galácticos´ Figo, Zidane y Ronaldo hincaba la rodilla ante la fuerza de este Valencia por segunda vez en solo tres años y un título que ponía fin a 24 años de sequía en Europa, desde la Recopa y la Supercopa del año 1980. Fue un título que hacía justicia con este Valencia que venía de perder dos finales de Champions, la última de ellas en dramáticas condiciones. Con trabajo, con humildad, sin grandes fichajes... Así se hizo el equipo del Doblete.