"Es más maduro, toma mejores decisiones dentro y fuera del campo, está aprendiendo a explotar su físico en la élite y ahora, por primera vez, tiene un contexto que le permite desarrollarse". La confesión en privado de una de las voces autorizadas del día a día del Valencia CF retrata algunas de las claves que se esconden tras el cambio de Santi Mina. Tras dos años de inestabilidad y constante adaptación en los que sus apariciones no encontraron la continuidad y la incidencia que se le podía suponer a su fichaje, en su tercera temporada el delantero gallego supera el nivel de juego e iguala las cifras que propulsaron su llegada al Valencia en verano de 2015, convirtiéndose en uno de los casos de éxito de la revalorización de activos de Marcelino.

El club de Mestalla pagó al Celta los 10 millones de su cláusula de rescisión después de una gran segunda vuelta en la que marcó 9 goles y dio cuatro asistencias con tan solo 19 años. Unos números que lo deslizaban como uno de los atacantes jóvenes más interesantes del panorama nacional y que son calcados a los actuales. Y es que con su gol ante la UD Las Palmas, Santi Mina ha igualado sus mejores cifras como profesional con 9 goles y tres asistencias -también 24 partidos- y tiene ante sí el reto de firmar su temporada más brillante hasta la fecha. El ´22´ atraviesa por su mejor momento de confianza desde su salto a la élite.

Esta es su mejor versión como valencianista y el partido de Riazor es la mejor muestra de ello. Cogió el balón en el centro del campo, intentó eliminar a un rival con una arrancada en la que soltó un caño y eso facilitó las cosas para que marcara Guedes. En el segundo, a cargo de Rodrigo, mostró otra de sus virtudes -la intensidad- rebañando el balón a Albentosa en una situación comprometida para el central.

El partido en Gran Canaria volvió a constatar sus buenas sensaciones. Arrancó en tromba, dejando tres remates en los primeros cinco minutos y uno de ellos acabó dentro de la portería de Chichizola, que le arrebataría el segundo desviando un disparo suyo que impactó posteriormente en el poste y que pudo sentenciar el encuentro. Velocidad, llegada, despliegue... Hasta ahora el gallego había destacado como suplente -con 3 goles y dos asistencias, ningún jugador ha participado de forma directa en tantos goles saliendo desde el banquillo- pero esta fase de la temporada refleja que Mina está sumando también como titular, algo que confirma que progresa adecuadamente y que la gestión de Marcelino ha sido un éxito.

El ´22´ empezó como titular en Copa y jugando las segundas partes pero deja claro que está preparado para asumir con garantías ese doble rol. La competencia no lo ha amilanado, al contrario. Parecía la pata más débil de los cuatro hombres de ataque pero con la llegada de Vietto ha dado otro saltito más. Marca un gol cada 113 minutos, está a solo un tanto de Zaza (10) y es el segundo delantero con más intervenciones directas en goles tras Rodrigo, que acumula ya 12 goles y 5 asistencias.

Un contexto clave para él

Considerado el mejor juvenil de España en su generación -marcó 36 goles entre el Juvenil A y el filial del Celta- Mina ha dado ya muestras de su fútbol pero nunca hasta ahora ha dado en la élite con un contexto como el que le ha brindado Marcelino y eso está siendo determinante para desencadenar su potencial. El asturiano siempre lo ha considerado un activo a explotar y ha confiado en él, incluso cuando tuvo un sector de la opinión pública en contra. Jugar al lado de otro delantero en el 4-4-2 le ha favorecido mucho.