Solo faltó el último pase y la definición. Del centro del campo hacia atrás el Valencia rozó la perfección. El partido contra la Juventus enseñó al equipo que sin solidez y consistencia sería imposible llegar lejos en la Champions . El equipo aprendió la lección contra los italianos en la primera jornada. Anoche lo demostró en Old Trafford con una exhibición de intensidad, concentración durante los noventa minutos y, por supuesto, menos errores. El Valencia se hizo fuerte por dentro, multiplicó las ayudas y dejó la portería a cero con un trabajo descomunal de los centrocampistas y la pareja de centrales.

Marcelino García Toral tenía claro que para ganar al United habría que igualar al menos la capacidad física de los ingleses. El Valencia lo consiguió. Todo lo contrario que contra la Juventus. Aquella noche el técnico no pudo contar ni con Geoffrey Kondogbia ni con Francis Coquelin. Ayer los recuperó en Europa y el centro del campo ganó en fortaleza. De hecho, durante buena parte del partido se impuso al tridente formado por Matic, Pogba y Fellaini. Mucho mérito. El planteamiento de Marcelino fue la clave. Coquelin partió de inicio desde la banda derecha -como la temporada pasada en el Sánchez Pizjuán- pero no paró de dar ayuda al doble pivote compuesto por Kondo y Parejo. Francis demostró una vez más que vale para todo. Siempre enérgico, bien posicionado y con buenas decisiones. Fue oxígeno puro para la medular hasta que se retiró fundido en el 77 por Carlos Soler. Igual de espectacular fue el despliegue de Kondogbia. El francés, por fin al cien por cien físicamente, recuperó el nivel de la temporada pasada con una presencia omnipresente en tareas defensivas y a la hora de dar salida al equipo en estático y lanzarlo en transciones rápidas. El Valencia igualó (48%) prácticamente la posesión de balón del United (52%) y estuvo al mismo nivel en las recuperaciones. 58 de los locales por 59, una más, de los valencianistas. También ganó en seguridad de pase Dani. El capitán fue el jugador del Valencia con mayor precisión en la entrega con un 90%.

Sin embargo, de nada hubiera servido el desgaste del centro del campo si la defensa no hubiera estado a la altura del partido. Solo Piccini. El resto de la línea de cuatro se exhibió en el Teatro de los Sueños. Más intercepciones (10-22), más despejes (20-24), más entradas (22-26), más bloqueos (15-19) y solo un duelo aéreo menos ganado (11-10). Los números confirman el recital de la pareja de centrales Ezequiel Garay-Gabriel Paulista y de un José Luis Gayà con una regularidad y fiabilidad en la Liga y en la Champions. Entre todos fueron capaces de dejar la portería a cero secando a un tridente con veneno como el que forman Rashford, Alexis -lo sutituyó Martial en el único cambio de Mourinho- y Lukaku. Acabaron desquiciados. Especialmente con un Gayà con personalidad para encararse con cualquiera. Garay fue el mejor estadísticamente. Ganó en el capítulo de intercepciones (5), disparos bloqueados (4) y despejes (6).