De cara a sus aspiraciones de repetir en la próxima Champions, el Valencia se dejó ayer dos puntos de oro camino del todo o nada contra la Atalanta. A cuatro días del partido clave de la temporada, encima con la obligación de remontar tres goles en un Mestalla a puerta cerrada, todavía no se sabe cuál es el verdadero calibre del equipo de Celades, tan azotado hoy por hoy por las lesiones como por los vaivenes y las dudas.
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En Vitoria, tras un primer acto esperanzador, le faltó autoridad para defender la ventaja del gol de Parejo, una falta muy bien ejecutada al borde del área aunque mal defendida por el portero y la barrera. Después, en la única ocasión tras el entreacto, Florenzi disparó al exterior de la red. Y se acabó. A partir de ahí el Alavés volteó la noche sin necesidad de apretar el aceleador para ponerla de su lado. Edgar empató a raíz de dos botes en el área y de un envío llovido en el que tuvo que ser Laguardia, como si no hubiese otro que el central que quería Marcelino, quien saltase más que nadie. Pacheco fue un espectador hasta el final. Lo contrario que Cillessen, que hizo pleno de dudas en sus salidas. Diakhaby, lanzándose al suelo, salvó el punto taponando un tiro de Joselu con olor a red.
El partido acabó mal aunque el inicio, sin lanzar cohetes, al menos resultó meritorio. El Valencia tomó por fin la delantera en lugar de vencerse a las primeras de cambio. No debería, pero fue noticia que los primeros pasos se diesen con firmeza y seguridad. Sin brillo, para qué engañarse, pero también sin rastros de la gandulería y el afligimiento de otros días. A nadie se le podía acusar esta vez de salir con las manos en los bolsillos. Contra un Alavés adormilado y bajo una lluvia perpetua, con el tonelaje de un Parejo más acertado que de costumbre y la chispa de Cheryshev hubo juego.
Tampoco hizo falta mucho para marcar ni daba para demasiado la propuesta conservadora por la que apostó Celades, cuyos planes quedaron al descubierto con la elección de los jugadores. De entre sus muchas y llamativas decisiones destacó que el lateral derecho sin el que se acababa el mundo actuase de extremo. Otra más de las paradojas de un Valencia que ha llamado esta semana a la puerta del Levante por Óscar Duarte para luego no contestar al abrírsela. Tan cierto es que al lado de Paulista Diakhaby parece otro como que Florenzi es más pintón yendo hacia adelante.
Ante la ausencia de un patrón propio y definido, el Valencia funcionó un buen tramo jugando a la vieja usanza. Celades, que tenía que ser proactivo y tomar decisiones, pisó lo más sobre seguro que pudo, si bien el traspie lo dio con los cambios, los tres tarde y sin incidencia directa en el juego. De tarjeta amarilla, como la que vio por protestar. Con Ferran y Guedes en el banquillo, el equipo se volvió más previsible aunque también, siendo una obligación cerrar el grifo, menos vulnerable. Estuvo ordenado, al borde de la cuadrícula, con líneas muy fijas y juntas y Soler por el centro detrás de Gameiro aportando consistencia. Con eso y poco más alcanzó para llegar al descanso ganando. Sin embargo, no para sentenciar un partido en el que el Alavés se había quedado grogui tras el gol. El Valencia se sintió cómodo pero no poderoso para marcar otro.
El Alavés, salvo un par de picos, jugó bajo de revoluciones. Un cabezazo de Joselu fue su única producción ofensiva hasta que empezó a rozar el gol antes del remate de Edgar. También el Valencia fue por momentos un equipo pastoso. Para la primera llegada hubo que esperar 20 minutos y fue apenas un tiro desde lejos de Parejo. Poco a poco, eso sí, el centro del campo cogió temperatura. En la siguiente acción de peligro, Cheryshev buscó a Pacheco y en la moviola el VAR consideró que no era penalti. Muy discutible. La jugada, por cierto, venía de una grata entrada de Florenzi.
El Valencia fue creciendo y las situaciones de gol empezaron a sucederse por goteo, casi siempre con Cheryshev de por medio. A diferencia de otros días hasta funcionó la estrategia. Por ahí llegó el gol. Parejo habilitó a Soler, al que tumbaron en la frontal. La falta entró por la escuadra gracias a que precisamente Soler, devolviéndole la asistencia, se agachó oportunamente. Los centros del capitán a balón parado fueron siempre sinónimo de peligro. Wass, que cabeceó horrible uno, lo tuvo a huevo para marcar.
Apelando al espíritu conservador que le guió desde el principio, el primer cambio de Celades volvió a ser una declaración de intenciones. Coquelin reforzó el centro del campo y Soler pasó al costado para retener a un Alavés que volvió de la caseta con ganas pero sin ideas. El siguiente fue Guedes, delantero por delantero. Pero el portugués, encima aturdido y con el labio partido, entró a contrapie. La jugada inmediata fue el empate. El VAR lo revisó por si había fuera de juego, pero nada. Un balón frontal mal defendido en el que la mala suerte hizo el resto al pellizcar el tiro a Paulista.
A la desesperada reapareció Rodrigo, inadvertido tras su calvario. Nadie enganchó con él ni fue capaz, ni quiera un Parejo estadísticamente impoluto, de sacar al equipo de una fase de ataques a espasmos. Tampoco el Alavés apretó, como dándose por satisfecho con un punto para el que necesitó lo mínimo. Falto de poderío, el del final volvió a convertirse en un Valencia poco fiable, sin una idea clara de juego y con la obligación de que, de cara a la Champions, la épica rellene los huecos que deja su fútbol.
RESUMEN DEL PARTIDO
FICHA TÉCNICA
1 - Alavés: Pacheco; Ximo Navarro, Laguardia, Ely, Rubén Duarte; Edgar Méndez, Fejsa (min.82), Camarasa (Pere Pons, min.76), Luis Rioja (Borja Sáinz, min.65); Joselu y Lucas Pérez
1 - Valencia: Cillesen; Florenzi (Coquelin, min.65), Gabriel Paulista, Diakhaby, Gayá; Dani Parejo, Kondogbia; Daniel Wass, Carlos Soler, Cheryshev (Rodrigo, min.82) y Kevin Gameiro (Gonçalo Guedes, min.72).
Goles: 0-1, m.34: Dani Parejo. 1-1, m.73: Edgar Méndez
Árbitro: Gil Manzano (Comité extremeño). Amonestó a los locales Lucas Pérez (min.36), Ximo Navarro (min.39), Rodrigo Ely (min.42), Joselu (min.62) y Edgar Méndez (min.84); y a los visitantes Kondogbia (min.35), Gayá (min.61), Albert Celades (entrenador) (93) y Javier Miñano (preparador físico) (93).
Incidencias: Encuentro correspondiente a la vigésima séptima jornada disputado en el estadio Mendizorroza ante 14.083 espectadores.
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