Los malos resultados, la fractura y la crisis del equipo han arruinado cualquier observación positiva. Entre dificultades, Jasper Cillessen ha decidido proyectarse como excepción. Bajas expectativas, respuesta notable. El guardameta holandés ha recuperado su mejor versión tras el parón. En estos cinco partidos ha manifestado más control y menos nervios. La mezcla ha producido un progreso en las sensaciones y en los números.

Ante el Villarreal, poco pudo hacer ante la definición perfecta de y el gesto técnico de Gerard. Lo mismo sucedió en Valdebebas, donde paró 11 de 14 disparos. En Ipurua no pudo responder al despeje pifiado de Kondogbia. El gol de Melero en el Derbi llegó de penalti. En la victoria ante Osasuna, con portería a cero, hizo un tres de tres paradas realizadas-remates recibidos. Balance: siete goles encajados, 31 remates en contra, 24 paradas. Su porcentaje de eficacia queda en 77,4%. Antes del parón estaba en 70,7%. No está mal.

Entre las dudas, Cillessen. El guardameta de Nimega (31 años) llegó al confinamiento muy tocado, sin confianza. Las lesiones y la competencia con Jaume Domènech le desdibujaron hasta perder la condición de titular. La sombra de Neto y los problemas defensivos tampoco le han hecho ningún favor a la portería, marcada como posición a reforzar en la planificación por el desequilibrio entre el rendimiento -corriente- y la ficha de Cillessen, alto standing. Por nivel y por la intención de ajustar la masa salarial, el club ha rastreado soluciones en el mercado. Esta fase de solidez y reivindicación es positiva para el futbolista y para el club, que pueden tomar decisiones desde una posición más natural.

El objetivo es mejorar o era mejorar con César y Celades al frente. En cualquier caso no es sencillo. Por las limitaciones económicas, por el valor a la baja del protagonista y porque Cillessen garantiza un mínimo suficiente. Los datos también dicen que no hay tantos porteros que aseguren un salto de calidad. Al menos, en el marco de LaLiga.

La calidad de las paradas

El apartado goles evitados (Post-Shot Expected Goals, la diferencia entre goles esperados posteriores al tiro menos goles permitidos) sí compromete a Cillessen. El algoritmo, que mide la calidad de las paradas según el valor de la acción de disparo-remate del rival, objetiviza el efecto: Jasper (-0,9) no hace milagros, cumple parando lo que tiene que parar. Ahí está por detrás de Jaume Domènech, por ejemplo. Aitor Fernández (+12) es el número uno en la clasificación. El número uno del Athletic ha irrumpido como figura de futuro (23 años), pero con presente importante. Está siendo la temporada de su asiento. Por proyección, está destinado a llegar a la Selección. Como Aitor, se formó en Lezama, pero con un estilo distinto.

Ocupa portería, tiene un físico tremendo, tiene agilidad... Unai Simón tiene todo lo necesario para marcar una época en San Mamés. Su evolución ha desdramatizado la salida de Kepa Arrizabalaga. En esta fase postconfinamiento, Unai continúa puntuando alto y ha hecho partidos importantes, con intervenciones decisivas, pero queda por debajo de Cillessen. Balance: cinco goles encajados, 19 remates, 14 paradas, eficacia del 73,68%. Su porcentaje de paradas preconfinamiento estaba en 74,68%. La pérdida no es significativa; la última muestra refuerza su estabilidad y subraya el salto en estado de forma de su adversario. El Unai Simón-Cillessen va a ser uno de los cara a cara del clásico. Duelo directo en la clasificaciónUna buena prueba para examinar la tendencia al alza del holandés. Al otro lado tendrá a un portero con materia prima para cuajar como figura dominante. La diferencia en el total entre los dos es un salto, pero cuenta el momento, de igualdad.