Proteger el agua ante la crisis climática, objetivo prioritario del Gobierno

El Ejecutivo aprueba un plan para asegurar un “bien básico” frente a las adversidades futuras

Pantano de La Viñuela (Málaga) afectado por la falta de lluvias.

Pantano de La Viñuela (Málaga) afectado por la falta de lluvias. / EFE

Ramón Díaz

Ramón Díaz

Proteger el agua frente a la crisis climática se ha convertido en uno de los principales retos de la humanidad. El Consejo de Ministros se ha puesto manos a la obra y, a propuesta del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco), ha aprobado las Orientaciones Estratégicas sobre Agua y Cambio Climático, un documento clave para establecer directrices y medidas en planificación y gestión del agua en España que incrementen la resiliencia del país frente al calentamiento global con un horizonte temporal que mira al año 2030.

El objetivo es proteger el agua, como “bien básico”, frente a las “adversidades y los retos que tenemos por delante” en el contexto de la crisis climática, ha asegurado la ministra de Política Territorial y portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez tras el Consejo de Ministros, en el que también se han abordado medidas para paliar otras consecuencias del calentamiento global: las olas de calor y para prevenir los incendios.

“Estamos viendo periodos de alta sequía y al mismo tiempo se están produciendo las mayores inundaciones de nuestra historia”, ha recordado Rodríguez.

La ministra se ha referido a estos, que están incrementando la frecuencia y virulencia de los fuegos forestales, las olas de calor y la disponibilidad hídrica en España. De tal manera que el país está experimentando "circunstancias muy adversas”.

Según el Gobierno de Pedro Sánchez, España ejerce "un liderazgo en una buena gestión del agua”. El plan aspira a lidiar con los diferentes tipos de estrés hídrico: por exceso, en inundaciones, y por defecto, en sequías. Persigue, además, mejorar la calidad del agua depurada y favorecer la protección de ríos, lagos, acuíferos y zonas húmedas, entre otros objetivos.

Planificación hidrológica resiliente

Según las conclusiones del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC), la región mediterránea es “especialmente sensible” a los impactos del calentamiento global.

Existe por ello una probabilidad elevada de descenso de los recursos hídricos en las cuencas hidrográficas que actualmente soportan los principales problemas de gestión del agua en España. Por ello, la nueva estrategia pone el foco en identificar los retos asociados a la gestión del agua y los instrumentos más adecuados para hacerles frente.

El cambio climático y la evaporación, pérdidas que hay que tener en cuenta en la gestión hídrica.

El cambio climático y la evaporación, pérdidas que hay que tener en cuenta en la gestión hídrica. / EFE / Abel Alonso

Así, las Orientaciones Estratégicas servirán para poner en marcha líneas de actuación que implementen adecuadamente las políticas de agua de la Unión Europea e impulsen una planificación hidrológica resiliente frente al cambio climático.

Entre las medidas planteadas en el documento destacan la recuperación, restauración y protección de los ríos, lagos, acuíferos, y zonas húmedas, el incremento de la seguridad hídrica, la mejora del saneamiento y depuración en las aglomeraciones urbanas; la lucha frente a la contaminación difusa o el avance en la gestión del riesgo de inundaciones o sequías.

Asimismo, el documento apuesta por reforzar la financiación de las administraciones hidráulicas o por impulsar la agenda internacional del agua. Estas líneas de acción se completarán con el impulso de las nuevas tecnologías, las actividades económicas sostenibles y la construcción de un modelo de gobernanza del agua transparente, equitativo y participativo.

Los instrumentos que permitirán desarrollar las medidas a implantar serán los planes hidrológicos de cuenca, los planes de gestión del riesgo de inundación o los planes de sequía. Además, también se verán apoyados por las iniciativas previstas en el Plan de Acción de Aguas Subterráneas, actualmente en redacción, el Plan DSEAR, el PERTE para la Digitalización del Ciclo del Agua o la Estrategia Nacional de Restauración de Ríos.

Cuatro hitos significativos hasta 2030

La implantación de estas líneas de actuación tendrá como horizonte temporal el año 2030 y estará marcada por cuatro hitos significativos:

–La aprobación en 2022 de los Planes hidrológicos del tercer ciclo y de los Planes de gestión del riesgo de inundación.

–La finalización en 2025 del primer programa de trabajo del Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático.

–La finalización en 2027 del tercer ciclo de planificación hidrológica y del segundo ciclo de planificación del riesgo de inundación.

–La finalización en 2030 de la Estrategia y el Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático.

Presa del embalse de La Serera (Badajoz).

Presa del embalse de La Serera (Badajoz). / Kallerna

La decisión gubernamental viene a cumplir la Ley de cambio climático y transición Energética, aprobada en mayo de 2021, que establece la necesidad de contar con una estrategia que defina las directrices y medidas que deberá contemplar la planificación y gestión del agua en España para hacer frente a las consecuencias del cambio climático “ya que sus impactos sobre los sistemas de gestión del agua son cada vez más evidentes”.

El documento incorpora unos índices de seguimiento que permitirán comprobar si, con las medidas adoptadas, España se va acercando o alejando de los objetivos establecidos.

Algunos de los principales retos en la gestión del agua que se identifican en estas Orientaciones Estratégicas son la situación de frágil equilibrio entre los recursos disponibles y las demandas de agua, el saneamiento y depuración, el estado de las aguas subterráneas y las alteraciones de los ríos. Además, la revisión de la Directiva sobre el tratamiento de las aguas residuales urbanas, junto la contaminación difusa por nitratos, son otros de los desafíos que habrá que superar, según el Gobierno.