El discurso de toma de posesión de Federico Varona como presidente de la Fundación VCF aceleró la dimisión de Manuel Llorente. El carácter altanero que exhibió durante el discurso, el tecnócrata elegido por el vicepresidente José Císcar en su bautismo como dirigente valencianista, ha provocado los primeros roces entre sus nuevos compañeros de viaje.

Varona cumple órdenes directas de Císcar. Hasta tal punto que cuando se propone en las reuniones un tema nuevo siempre usa la misma coletilla: «Eso se lo tengo que consultar a Císcar». Tal dependencia del Consell que preside Alberto Fabra molesta a los patronos, que aunque saben que su nombramiento fue avalado por la Generalitat, pensaban que tendrían la autonomía suficiente para decidir por su cuenta.

Todo lo contrarío. Varona desea proyectar una imagen de equipo, con contactos diarios con los suyos, pero aunque escucha no sale de la hoja marcada por el vicepresidente del gobierno valenciano.

La poca cintura de Varona para pactar una transición con Llorente „estaba prevista su marcha una vez finalizada la temporada a pesar de tener contrato hasta el 30 de junio de 2014„, y su conocimiento superficial de los problemas del club, ha abierto las primeras grietas en el equipo que debe gestionar ahora el Valencia.

Democratización

Los auténticos deseos del valencianismo pueden provocar las fugas entre los patronos de Varona. El presidente de la Fundación se ha propuesto, como le mandó Císcar, democratizar el club, pero no sabe cómo. Federico Varona quiere convocar unas elecciones para elegir al próximo presidente de Mestalla, dónde cada abonado sea un voto, como si el Valencia fuera un club de fútbol. Pero es una sociedad anónima deportiva, con accionistas, y el laberinto legal que propone puede ser letal para la entidad.

La advertencia sobre cientos de demandas de accionistas contrarios a su propuesta han caído de momento en saco roto. Además le han hecho ver que el club no puede abrir ese proceso cuando hay una deuda comprometida y toda la planificación deportiva de la próxima temporada pendiente.

La mayoría de patronos de la Fundación son partidarios como Varona de democratizar el club, pero pretenden hacer las cosas bien. Con todas las garantías legales y el consenso de los accionistas. Sin embargo, Varona sólo acepta el consejo de su valedor, José Císcar, la mano derecha del presidente de la Generalitat Alberto Fabra.