Selección española

La 'Tartan Army' invade Sevilla entre kilts, risas y 'Cruzcampos'

Cinco mil escoceses, de los cuales cuatro mil estarán en el estadio de La Cartuja, tomaron las calles de la capital sevillana con un gran ambiente y provocar sin incidentes

Fermín de la Calle

Este calor casi veraniego de Sevilla en octubre se lleva mejor con falda. Y la 'Tartan Army', el ejército de aficionados escoceses que recorren Europa siguiendo a su selección ataviados de sus elegantes kilts y su sed insondable, tomó la capital hispalense el día antes del partido que medirá a los caledonios con los de Luis de la Fuente. A pies de la Giralda los animosos escoceses confraternizaban por la noche con la población local con normalidad y buen humor. 

De 'La Fresquita' a 'Las Columnas'

En la barra de 'La Fresquita', mientras el camarero azuzaba el incienso que corona este minúsculo local que pasa por ser un templo cofrade en la calle Mateos Gagos, un escocés de 60 años preguntaba por el palio que mecen majestuosamente en la Campana en la televisión del bar. "¿It's now?", preguntaba confundido. "No hombre, eso es un vídeo. Estamos esperando que empiece el Betis", bromeaba un habitual del sitio con sevillanas maneras. El local ofrecía una singular mezcla entre la juventud sevillana y la hinchada escocesa, con sus kilts. 

No hubo incidentes, más allá de advertencias puntuales de la policía a alguno que se le fue la mano hidratándose con la cerveza ante tanto calor. "Es una afición que se porta bien. Beben mucho, pero no son violentos", apuntaba un agente. Unos metros más allá, en otro local señero, 'Las Columnas', los británicos se hacía fuertes en una rincón y Manolo, un camarero de toda la vida, les iba sacando los platos típicos de esta Bodega del barrio de Santa Cruz. Buñuelos de bacalao, espinacas con salsa de queso, "la mejor tortilla de Sevilla" y ... "more Cruzcampo, please". Que no falte cerveza "helada" y buen humor en una noche de miércoles que parecía de viernes al ser víspera de la fiesta de la Hispanidad. El centro de Sevilla bullía dominada por los descendientes de William Wallace. 

La capital andaluza asume con naturalidad estas invasiones recurrentes cada vez que la selección española de fútbol la elige para jugar sus partidos. Y con la que se celebrará esta noche serán 54 veces. De hecho, de los 746 partidos que ha jugado la selección, solo Madrid, con 70 encuentros, ha albergado más choques que la capital andaluza. El último, disputado en el Benito Villamarín en junio de 2022, fue menos llamativo porque los portugueses se movieron con discreción por la ciudad. Meses antes, en noviembre de 2021, se produjo la invasión de reconocida otra horda, la vikinga, cuando Suecia visitó Sevilla para medirse en La Cartuja a España en el duelo clasificatorio para el Mundial. El partido terminó (1-0), con gol de Morata, y el triunfo clasificó a los de Luis Enrique para el Mundial de Qatar.

Sevilla, sede fija once años

De todos los partidos de la selección que se han jugado en la ciudad del Guadalquivir hay uno más emblemático que los demás: el histórico 12-1 frente a Malta (21-12-83), que supuso su clasificación para la Eurocopa de Francia 1984. Ese triunfo provocó que Sevilla se convirtiese en sede fija de los partidos de clasificación de la selección durante once años. El Sánchez Pizjuán y el Benito Villamarín acogieron duelos de clasificación desde 1984 hasta 1995 (Mundiales de Méjico 86, Italia 90 y Estados Unidos 94, así como las Eurocopas del 88, 92 y parte del 96). La tradición se rompió en 1995 tras el partido frente a Armenia (7 de junio de 1995).

Pero todo empezó allá por 1923, concretamente un 16 de diciembre, cuando España debutó en Sevilla jugando en el antiguo campo de fútbol de Reina Victoria, el terreno de juego utilizado por el Sevilla F.C. en su primera etapa. El campo albergaba 8.000 espectadores en una sola grada de madera y el fondo sur estaba formado por montículos de arena a los que se aupaban los espectadores para ver los partidos. Allí se estrenó la llamada 'furia roja' frente a Portugal con un 'hat-trick' del jugador del Oviedo Zabala y el debut de los dos primeros internacionales sevillanos (Spencer y Herminio).

En todos estos años destacan como datos curiosos que el Sánchez Pizjuán, templo sevillista ubicado en el barrio de Nervión, que en estos días parece Sarajevo con varias de sus calles levantadas en obras interminables, España nunca ha perdido en los 24 partidos que ha jugado allí. O los 65 futbolistas que han ligado su carrera a la ciudad, al enfundarse por primera vez la zamarra de la selección en Sevilla. Entre ellos leyendas como Iribar, Fusté, Rifé o Juanito, campeones del mundo como Gerard Piqué, Xavi o Puyol, y más recientemente jugadores como Iturraspe o Deulofeu. 

Este jueves podría debutar el número 66, un malagueño que ha explotado en el Granada después de probar con el Betis y no quedarse en la cantera verdiblanca porque no había habitaciones libres en su residencia. Bryan Zaragoza puede ser la gran novedad de Luis de la Fuente, otro ilustre 'sevillano' que corrió la banda del Pizjuán con la camiseta del Sevilla, y que hoy puede apostar por el joven extremo para buscarle las cosquillas a los escoceses. 

"¿Brian what?", preguntaba un escocés que deambulaba por la zona de la Alfalfa, a la espalda de una plaza del Salvador llena "hasta las topes" en la noche del miércoles. "Bryan Zaragoza mi alma, pero con y griega no latina, que es de Málaga. Ese es el que os va a hacer lío", remataba con retranca una sevillana que se cruzaba con uno de los cinco mil escoceses que invadieron anoche Sevilla. Cuatro mil estarán en La Cartuja. El resto lo verá en alguna tasca cerca la Catedral, perdidos por el Barrio de Santa Cruz o donde la sed y el destino les lleven. Y allí serán recibidos con la mejor de las sonrisas de esta Sevilla que se deja invadir de cuando en cuando sin poner ningún problema.