Reconocimiento a la figura de Enriquito

La Peña Viveros Vallejo entregó un obsequio por su cumpleaños al exempleado, que dedicó toda una vida de trabajo al Levante

Tres décadas de trabajo como jefe de material del Levante.

Tres décadas de trabajo como jefe de material del Levante. / SD

Rafa Esteve

Rafa Esteve

El legado que dejó Enrique Martín Peidró, sobradamente conocido entre el levantinismo como Enriquito, perdurará siempre en la historia centenaria del Levante. Lo merecen más de tres décadas de labor incombustible al servicio del conjunto de Orriols, donde nunca negoció su pasión por el club ni su amor por el trabajo bien realizado. Dedicación máxima y sin estridencias para colocar su figura en una posición elevada a lo largo de 113 años de historia. Enriquito no es alguien indiferente para ningún levantinista. Por ello, la Peña Viveros Vallejo quiso aprovechar su 95 aniversario no solo para felicitarle, sino también para reconocer su trayectoria teñida en azulgrana con un obsequio: un pequeño marco de felicitación, acompañado con una imagen en la que posa con la plantilla de la temporada 1987-1988. Su última campaña antes de prejubilarse. 

La iniciativa imita a la que se llevó a cabo hace cinco años, donde en su noventa cumpleaños, una representación club y de la Delegación de Peñas le regalaron una placa conmemorativa y una camiseta con dedicatoria especial. Capitaneada por Manolo Peris, presidente de la Peña Viveros Vallejo e hijo de otra leyenda granota como el exjugador Vicente Peris, el presente no tuvo otra intención que la de poner en valor a un Enrique Martín que, ininterrumpidamente, dedicó, desde principios de los años cincuenta hasta 1988, su vida al Levante aprovechando que mañana 31 de diciembre sopla las velas de su 95 cumpleaños. Una salud de hierro y una biografía con el club levantinista como motor. 

Obsequio de la Peña Viveros Vallejo.

Obsequio de la Peña Viveros Vallejo. / SD

A lo largo de más de tres décadas trabajando en clave granota, quien fuera jefe de material tiene un sinfín de vivencias. Fue testigo del ascenso a Primera División en 1963, presenció el viejo estadio de Vallejo y continuó sus labores cuando el equipo se mudó a un Ciutat de València que, en junio de 2009, le homenajeó junto a Vicente Arastey 'Pirri' y Ramón Calvo. También, dos extrabajadores del Levante que forman parte de su historia más valiosa. Huérfano de padres, entró siendo un niño en el orfanato de La Misericordia, donde aprendió a darle patadas a un balón de fútbol y a coserlos. Función que le sirvió para que Eduardo Torres, masajista por aquel entonces del Levante, se fijase en él y le diese la oportunidad, junto al expresidente Antonio Román, no solo de trabajar en el que es el club de su vida, sino también para que le considerase como un padre. Carlos Caszely, Johan Cruyff, Vicente Latorre, Manuel Campuzano... Muchas fueron las leyendas granotas que compitieron acompañados de la labor de Enrique Martín. Pero como Enriquito, que hoy cumple 95, ninguno.