El milagro del centenario

El ascenso de 2010 es uno de los hitos más legendarios de la historia granota. Contra todo pronóstico, los de Luis García, técnico a batir del Alavés, se rebelaron pese a las dificultades

13/06/10 JUNIO 2010 LEVANTE UD PARTIDO VS CASTELLON CELEBRACIONES ASCENSO PRIMERA DIVISION

13/06/10 JUNIO 2010 LEVANTE UD PARTIDO VS CASTELLON CELEBRACIONES ASCENSO PRIMERA DIVISION / © ROBERTO N. CATALUÑA - SUPERDEPORTE

Rafa Esteve

Rafa Esteve

El fútbol es capaz de convertir en realidad situaciones de alta improbabilidad. En muchas ocasiones, es capaz de huir de la lógica, y su capacidad de sorprender da el beneplácito de provocar alegrías de grandes proporciones. El Levante, que está a noventa minutos de ascender a Primera División con un ligero margen de ventaja, puede presumir de, en el pasado, haber conseguido el objetivo por el que suspira a día de hoy nadando a contracorriente. 

En 2010, año que coincidió con el centenario del club, a plantilla más barata de la categoría, en medio de una economía de guerra, ascendió a los cielos del fútbol español después de ganarle al Castellón por tres goles a uno. El empate entre el Salamanca y el Betis, sumado a la victoria de los granotas, convirtió, contra todo pronóstico, el milagro en realidad. «Fue un momento muy especial. El Levante en ese momento pasaba por una situación económica bastante crítica y el único método de rescate era un ascenso. Contra todo pronóstico, porque habían equipos potentes que peleaban por el ascenso como Celta, Real Sociedad, Betis o Cartagena, y en el año del centenario. No estábamos entre los candidatos para pelear. Fue algo histórico», aseguró Juanlu, exfutbolista del Levante y autor de la primera diana ante el Castellón, en Superdeporte, quien rememoró un gol que todavía le pone los pelos de punta. «Cada vez que lo veo se me ponen los pelos de punta. Queda para la historia por lo que significó, por la transcendencia que tuvo, por el año en el que se produjo y porque hizo que un grupo único e irrepetible consiguiese algo único e irrepetible». 

La circunstancia del club, ahogado por las deudas económicas, provocaron que nunca se esperase algo tan grande como un ascenso a Primera División. Muchos lo calificaron como un milagro, pero Juanlu no lo etiqueta como tal, aunque entiende la interpretación. «Milagro como tal no, pero casi milagro… sí. Veníamos de dos años en Ley Concursal, de bajar de Primera División y de firmar futbolistas con poco protagonismo. Eran situaciones difíciles. Jugabas contra transatlánticos que tenían la presión de ascender. Éramos los cenicientas. Con todo eso, fue mucho más sabroso el ascenso”. 

El ascenso a la élite le quitó una losa a Juanlu. Su falta de protagonismo con el Betis le obligó a apostar por su reivindicación en Orriols. No solo se liberó, sino que subir a Primera tuvo tintes de revancha tanto para el ‘20’ como para Xisco Muñoz. Ambos fueron ‘desterrados’ del Villamarín y sus goles dejaron a los béticos sin opciones. «La noche de antes, le dije a Xisco: “¿te imaginas que le dejamos sin ascenso al Betis? ¿Que marcamos nosotros?» Él me dijo que sería la caña, pero que era bastante difícil. Yo marqué en el minuto cinco, y cuando Xisco marcó tres minutos después, voy corriendo desde la otra punta y, de rodillas, le grité al oído que se lo dije. Fue, incluso, una revancha deportiva», aseguró. 

El pitido final, sin embargo, no provocó una explosión de felicidad de primeras. Orriols tuvo que estar pendiente del desenlace del Salamanca-Betis, donde el empate sirvió para subir. Héctor Rodas, el káiser del Cabanyal, hizo, escuchando la retransmisión radiofónica desde el banquillo, que todo el estadio estuviese pendiente de su posición. Su salto de celebración fue tan efusivo como lo que significó para el central ascender con el equipo de su vida. “Nuestra forma de ascender directamente pasaba por un empate del Betis para no jugárnoslo en su casa. Ellos tenían un equipazo. Lo que viví en el banquillo escuchando la retransmisión fue mucho nerviosismo, pero al mismo tiempo con mucha ilusión. Sabíamos que era nuestra oportunidad. Yo que he sido canterano y soy aficionado, el ascenso fue más importante al estar en Ley Concursal, tratarse de un momento crítico del club, con un equipo hecho para salvarse. Fue una forma de ayudar a lo que se ha vivido después. Pasar de sufrir impagos, de ahí a ver cómo el club estuvo a punto de desaparecer, a subirlo, encima en el año del centenario… Para mí, que soy levantinista desde los 9 años, haber ayudado al Levante, siendo un chaval de 21 años… Si ya cumplí el sueño de defender la camiseta del equipo que llevas en el corazón, saber que iba a jugar en Primera División con el equipo de mi barrio fue un sueño hecho realidad. Me siento un afortunado de haberlo disfrutado”, dijo el mítico central.   

El rival a batir será el Alavés de un exlevantinsta. Para Juanlu no es una circunstancia que pasa desapercibida. Siente debilidad por ambos bandos, por lo que no se moja. No obstante, reconoce que sentirá dolor por el que se quede en el camino. “A Luis García, como al Levante, le deseo lo mejor. A todo aquello con lo que tengo un vínculo especial no le puedo desear el mal. Es delicado, o complicado, no desearle lo mejor tanto a él como al Levante. Luis García y su cuerpo técnico tienen mucha culpa de ese grupo, de ese vínculo, de esa piña… Sé que alguien va a llorar, así que les doy suerte a los dos. En el Levante fueron cuatro años y con Luis García fueron dos. A ver lo que ocurre”.