Entrevista | Pablo Sánchez Presidente del Levante UD

«En líneas generales este plan de viabilidad es el definitivo»

El presidente piensa, sobre la última propuesta de Danvila, que «puede haber algún ajuste», pero reconoce que el club «empieza a ver la luz al final del túnel». A su vez, considera que su cargo «es un sueño» y una «responsabilidad enorme»

Pablo Sánchez, durante su entrevista con Superdeporte.

Pablo Sánchez, durante su entrevista con Superdeporte. / JM López

Rafa Esteve

Rafa Esteve

Pablo Sánchez, levantinista de adopción, pero tan apasionado como si lo fuera de toda la vida, encontró en el Levante su lugar en el mundo desde que pisó por primera vez, a principios del siglo XXI, el Ciutat de València. Sus responsabilidades laborales fueron compaginadas con las emociones que le produce el mundo del fútbol, donde el club granota, además de convertirse en un motivo de orgullo en su estilo de vida, provocó que el destino, en 2018, le diese la posibilidad de acceder al Consejo de Administración de la entidad azulgrana. Sin embargo, si su salto al equipo de gobierno de Orriols fue inesperado, más lo fue cuando Danvila, en agosto, le dio las llaves de la presidencia. Un escenario «impensable», pero que, a día de hoy, es un auténtico «sueño» para él. Pese a ello, lo lleva con la máxima «responsabilidad» y está convencido no solo de que el Levante volverá a ser un club sostenible económicamente, sino de que su equipo peleará por el ascenso hasta el final.

¿Qué tal se encuentra?

Muy contento. Ha sido un fin de semana redondo. La victoria del masculino ante el Albacete, el triunfo del femenino en la Copa de la Reina contra el Valencia, los tres puntos del fútbol sala, el empate del filial… La victoria contra el Albacete corrobora que el equipo está bien y tiene muy buena sintonía con el público. Fue muy bonito ver el estadio cómo vibraba con los suyos. Muy contento, la verdad.

¿Le ha pedido algo al 2024?

En clave personal, salud. Parece que sea una frase hecha, pero te das cuenta, cuando la salud falta, de que es lo más importante de la vida. Todo lo demás al final depende de ti, de tu trabajo, de tu predisposición para hacer cosas... Pero lo más importante es la salud. Le pido salud para todos y, en especial, para mi familia. A nivel deportivo, tengo que reconocerlo, no me puedo resistir… Le pido un ascenso.

Sin embargo, el 2023 le regaló el salto a la presidencia del club.

Totalmente. Nunca pensé que pudiese llegar ese momento, pero para mí ha sido inolvidable. Estoy viviendo un sueño. Es un auténtico orgullo representar al Levante y ser su presidente. Fuera del ámbito personal, de los nacimientos de mis hijos y de todo lo relacionado con mi familia, es lo más bonito que me ha pasado nunca.

¿Por qué no se lo imaginó?

Porque, realmente, me parecía muy difícil. Tampoco fue mi pretensión. Yo quería ayudar, quería estar, pero no me vi como el elegido. Si soy sincero, cuando José Danvila me lo propuso, le dije que debería ser él. Sin embargo, para mí fue un orgullo. Se lo agradeceré siempre.

¿Se lo pensó mucho?

Más que pensármelo, me sorprendió. Creía que tenía que ser Danvila. Al final es el que está dispuesto a arriesgar todo, pero pensármelo no porque es un sueño. Es el sueño de cualquiera que sea del Levante. Más bonito que eso no hay nada. A lo mejor ser jugador, ¿no? Jugar en el Levante, defender tus colores, meter un gol en el Ciutat… Eso también tiene que ser muy especial, pero ser el presidente del Levante y, sobre todo, poder representarlo es un sueño. Sin embargo, es una responsabilidad enorme. Lo tengo muy en cuenta. Yo a mis hijos les digo: “tened en cuenta que sois los hijos de Pablo Sánchez, pero también del presidente del Levante. Tenéis que tener mucho cuidado con vuestro comportamiento, con lo que decís y con lo que hacéis”. Yo puedo sacar la cara por mí, pero tengo tres hijos y una mujer. Hay que saber dónde estamos todos. Y para mí es una responsabilidad. Cuido mucho mi presencia y decir cosas que no ofendan a nadie. Estoy representando al Levante y a todos los levantinistas. No quiero que nadie se sienta mal representado por mí.

¿Ha cambiado mucho su vida desde que es presidente del Levante?

Tampoco ha cambiado mucho. Al fin y al cabo, vengo de ser consejero. No sé si ahora se me conocerá más que antes, pero en lo que sí ha cambiado mi vida es en la vorágine que llevo todos los días. Estoy trabajando en mi empresa y en el Levante. Entonces, mi agenda no tiene huecos.

¿Cómo es un día normal en la vida de Pablo Sánchez?

Por ejemplo, el jueves de la semana pasada, me levanté a las 5 de la mañana y cogí un avión dos horas después para ir a Málaga a visitar un matadero. Comí con el dueño del matadero, volví al aeropuerto, me conecté telemáticamente en la reunión de la Fundación y estuve dos horas con ellos. Incluso, se alargó y, dentro del avión, antes de despegar, seguí con el teléfono metido en la reunión. Una vez aterricé en València, estuve hablando con Danvila, después con Braulio Pastor, más tarde con un miembro del Patronato de la Fundación, llegué a casa y, además de responder a algunos mensajes, le dediqué tiempo a mi familia. Mi vida es una combinación entre mi empresa y el Levante. Y, por supuesto, mis seres queridos. 

¿Le quita mucho tiempo a la familia?

En casa lo entienden porque saben que es mi pasión, es algo que me gusta y porque no estoy haciendo nada malo. Estoy o trabajando o con el Levante. De hecho, se lo dije a Danvila en su día. Lo que no puedo hacer es renunciar a mi vida profesional. Puedo quitarle un poco de tiempo a la familia, pero no puedo quitárselo al trabajo porque, al final y al cabo, vivo de él. Yo no cobro nada procedente del Levante, al igual que ningún miembro del Consejo de Administración. Es difícil, pero es posible llevarlo. Simplemente hay que organizarse bien y ponerle pasión y ganas. 

¿Qué le preocupa más? ¿Lo deportivo o lo institucional?

Preocuparme, sinceramente, no me preocupa nada. Tengo toda la confianza en que se va a solucionar el tema institucional y toda la confianza en el equipo. Al final, el asunto deportivo es clave. Somos un club de fútbol y lo que la gente quiere es que venzamos, que juguemos bien, que se gane cada el domingo y que intentemos, ojalá, subir a Primera División.

¿El último plan presentado por José Danvila es el definitivo?

Sí, en líneas generales es el plan definitivo. Puede que haya algún ajuste mínimo, pero es el definitivo.

De los 10 millones inyectados en octubre, seis se convierten en una ampliación de capital para Danvila. Siendo 80 euros el coste de la acción, ¿por qué se le realiza dicha compensación de créditos?

Porque en la primera propuesta era el 30 por cien, correspondiente a cinco millones para comprar acciones. Es prácticamente lo mismo. Ahora estamos hablando de 6 millones, que es el 32 por cien.

Además de Bravo Capital, ¿hay negociaciones con Rothschild y otros acreedores?

Con Rothschild también se está hablando. Ese tema lo lleva Danvila directamente. Hay otros acreedores además de Bravo Capital. Lo que Danvila propone es una inyección de 10 millones, más otros seis y comprar la deuda de Bravo Capital. Pero, evidentemente, hay más acreedores y proveedores.

Con la nueva propuesta, ¿hasta cuándo puede ir tirando el club?

El corto plazo, en economía, se entiende siempre en menos de un año. Es una inyección de dinero para afrontar pagos. Un problema de liquidez. Con esa inyección podremos estar tranquilos hasta el mercado de verano.

¿Qué piensa la Fundación sobre la propuesta presentada?

La Fundación ve con buenos ojos la propuesta de Danvila. Agradece el esfuerzo que está haciendo. Puede haber algún mínimo retoque en las condiciones. A lo mejor, a nivel jurídico hay que mirar algún fleco, pero, en el global de la propuesta, están totalmente de acuerdo. No creo que vaya a haber ninguna sorpresa.

¿Por qué se ha ralentizado tanto el proceso en los últimos meses?

Estamos viendo la luz al final del túnel. No obstante, es un punto y seguido. Es lo que nos va a permitir continuar con la gestión para afrontar el bonito año que tenemos por delante. El adeudo que nos atosigaba está controlado. Incluso, consideramos como deuda, a nivel contable, el fondo de CVC, pero realmente no es deuda. Son los derechos de cobro que tienes ya de por sí. Si se retrasa es porque Danvila iba a poner 10 millones de euros y, al final, va a terminar poniendo 23. Es una auténtica barbaridad de dinero. Y lo va a poner una persona física. Es por eso que la negociación se ha ralentizado un poco. Lo que se me transmite en la Fundación es que todo el mundo está agradecido de que tengamos esa posibilidad. De que esta iniciativa nazca de una persona valenciana, levantinista, que quiere al club y que ha dicho, una y mil veces, que no quiere apropiarse del Levante. Todo lo contrario. Podría incluso haberlo intentado, pero no es su objetivo ni de lejos. Es una suerte que haya aparecido y que tengamos esa posibilidad. Nosotros somos valencianos y no queremos perder ni la esencia ni la identidad.

¿Qué opina de José Danvila?

Es una persona muy inteligente. Muy trabajador, no tiene horas. Es un gran gestor, con una demostrada experiencia. Ha manifestado en su empresa que sabe gestionar. Estoy seguro de que va a llevar al éxito al club.

¿Es importante para usted que gestione el club gente valenciana y aficionada al Levante?

Sí. No debemos perder esa identidad.

¿Hubiera sido más sencillo haber buscado un comprador después de no ascender a Primera?

Hubiera sido lo más sencillo y ahora también. El Levante es un club muy atractivo y fácilmente vendible, pero nunca fue el objetivo.

¿Qué papel jugará ahora el pequeño accionista? ¿Verá afectada su labor con la nueva propuesta de Danvila?

El pequeño accionista siempre va a tener importancia en el club. Yo soy pequeño accionista, al igual que muchos miembros del Consejo de Administración. Lo que tenemos que hacer es trabajar para darle valor a este club y así que el coste de las acciones, en un futuro, valgan más.

De esta manera, ¿se esquiva definitivamente la entrada de un fondo inversor del extranjero?

Así es, ese escenario se esquivaría.

¿Por qué se esquivaría?

A ver… Nunca se puede decir que algo es cien por cien seguro, pero la intención es esa. La finalidad es que el club esté gestionado por el equipo de trabajo de Danvila y con el apoyo de la Fundación y del pequeño accionista.

Sin embargo, el nuevo plan de viabilidad fue aprobado por un Consejo de Administración cuyo mandato caducó el pasado 31 de diciembre. ¿Va a ser reelegido en la Junta? ¿Se mantiene la decisión de introducir caras nuevas?

Considero que sí será reelegido. En cuanto a entrada de nuevas piezas es lo que se habló. Tendrá que haber un consejero de consenso, un consejero procedente de la Fundación y todo lo que se pactó en su momento.

Porque, ¿usted está atado a alguna especie de contrato?

Yo no tengo ningún contrato ni tengo un sueldo procedente del club. Ni yo ni ningún miembro del Consejo. Ni siquiera el consejero delegado.

¿Cuándo se celebrará la próxima Junta General de Accionistas?

Fecha no la sabemos todavía. En ese sentido me pierdo un poco, lo lleva todo el departamento de servicios jurídicos. Con los plazos hay que ser muy escrupulosos porque se tiene que convocar con un mes de antelación. Sin embargo, la previsión es que el anuncio se haga antes de que se acabe enero. Hay que darles los informes a la Fundación. Dependemos de la reunión del próximo jueves.

¿En qué estado se encuentran la Ciudad Deportiva de Nazaret y la reforma del Ciutat de València?

Para nada son situaciones que no nos preocupen. Son operaciones que están encima de la mesa y que se tendrán que ejecutar. Ambas son importantes. Una, porque es la base de nuestra cantera y del futuro de nuestros jugadores, y la otra, porque es una forma de obtener recursos extraordinarios. Las licencias están ya. Además, hay un dinero destinado para eso.

¿La cantera es importante para usted?

La cantera es muy importante. Siempre lo ha sido, pero, en estos momentos difíciles, tiene que serlo más. Al final, de una dificultad tenemos que sacar una oportunidad. A nivel de juveniles somos un equipo top. Nuestro División de Honor, además de ser el máximo exponente de la cantera, juega en las mejores competiciones a nivel nacional. ¿Por qué esos jugadores no pueden subir al primer equipo? Este mismo año tenemos ejemplos: Andrés García, Xavi Grande, Edgar Alcañiz… Han demostrado que pueden jugar en Segunda.

Y, esta tarde, el Levante se juega entrar en la final de la Supercopa de España contra el Atlético.

Es el camino más corto para conseguir un título. Sinceramente, este proyecto se merece ganar algo, pero, por mucho que la Supercopa sea el camino más corto, no será fácil. Hay que eliminar a todo un Atlético y, en la final, al Madrid o al Barcelona. Pero, a un partido, somos once contra once y este equipo puede ganar a cualquiera. Apuesto que va a ser así. Tengo máxima confianza en el Femenino.

Muchos frentes abiertos. ¿No le da nostalgia lo que vivió como consejero viendo la situación que está presenciando como presidente?

Sí, tienes toda la razón, pero somos capaces de afrontarlos todos. Y hay capacidad para conseguirlos.

¿Dónde situaría usted el punto de declive de este club?

Creo que el punto del declive fue el año del descenso. Por cómo inicias la temporada y cómo no aciertas en las decisiones deportivas. No se hicieron las cosas bien a nivel deportivo.

Pensé que diría la pandemia.

A ver, la pandemia por supuesto, pero más a nivel económico. Hizo mucho daño en el fútbol en general, pero nosotros, meses antes, decidimos dar un salto en el aspecto deportivo. Nos afectó mucho. Pero lo que de verdad nos hizo daño fue la temporada del descenso. No estuvimos acertados. Cambiamos de entrenador dos veces. De Paco López a Pereira y de Pereira a Alessio. Esto no es una empresa normal, esto es un club de fútbol. Si no pitan el penalti contra el Alavés, la situación actual no sería la que es, al igual que si no hubiéramos descendido. El tema deportivo es primordial. Y por ese motivo es tan importante acertar, tanto el entrenador con sus decisiones como el director deportivo. Miñambres, por ejemplo, en verano hizo un trabajo espectacular. Ver el equipo que tenemos, al coste que lo tenemos, y lo que trasmite junto a su entrenador, es increíble.

Después de todo lo acontecido, ¿el Levante está sumergido en una cura de humildad?

Voy a decir que no. Y voy a decir que no porque creo que nunca hemos dejado de ser humildes. Lo que sucede es que nos hemos equivocado. Lo que sería de estúpido es no aprender de las equivocaciones. Y nosotros no somos estúpidos. Al revés. Lo que tengo claro es que todos hemos aprendido la lección. No nos vamos a volver a equivocar en lo mismo.

¿Un ascenso solucionaría todos los males que pesan en el club?

Ayudaría muchísimo, pero tenemos que trabajar en un escenario de Segunda División. Lo he repetido muchas veces. Nuestro objetivo es ser sostenibles en la categoría en la que estamos a día de hoy. Si obtenemos el premio del ascenso será muy bueno para el club, pero nadie te asegura conseguirlo. Lo tienes que pelear. Por eso hay que trabajar en el contexto actual.

Habla con mucho entusiasmo. Habiendo nacido en Palencia, pero viviendo más de media vida en València, ¿cómo se aficionó al Levante?

Por un levantinista. Me insistía en que fuera con él al fútbol a ver al Levante. Después de mis primeras experiencias, he llegado a la conclusión de que el Levante te engancha. Ir al Ciutat de València, un estadio tan pequeño como coqueto, con un ambiente muy sano, engancha. Sin embargo, su lema, ‘qué grande es ser pequeño’ es lo que más me gusta. De pequeño era del Valladolid, y aunque sea un club histórico, es humilde. Pero fue aterrizar en València y todo cambió. Lo de luchar contra los grandes me gusta mucho. Ser de este club pequeño, pero tan grande, y de tanto valor, me encanta.

Su historia es muy curiosa.

Sí, pero es que lo que me pasó a mí creo que no fue excepcional. Es que estoy convencido de que el año pasado enganchamos a mucha gente, aunque la temporada acabase mal. La campaña que lanzamos a final de temporada hizo mucho levantinismo. El abonado del Levante sabe que tiene que estar con su equipo. Pese a todo, hemos hecho muchos levantinistas. Se trata de abrir nuestras puertas, dejar que la gente acuda al estadio y promocionar tanto nuestro club como nuestro equipo. Porque, además, estamos muy orgullosos de lo que somos y de lo que representamos. 

En septiembre realizó unas declaraciones en las que confesó que este equipo le ilusionaba. ¿Su estado emocional es el mismo que hace cuatro meses?

Más aún. Cuando dije eso en septiembre estaba eufórico, pero sabes lo larguísima que es la Segunda División. Ahora que ya ha pasado media temporada lo estoy más. Conozco más al equipo. Me trasmiten ilusión. Es la verdad, no lo digo de cara a la galería. ¿Si sueño con ascender? Peleamos por eso. Peleamos por ganar cada partido. No nos conformamos con menos. Por eso, pienso que tenemos que luchar por ascender a Primera División. No es nada descabellado. Luego ascienden tres, pero si le preguntas al Valladolid, al Espanyol, al Zaragoza, al Sporting de Gijón, al Oviedo… Al Racing de Santander, al Racing de Ferrol, al Leganés… Por mucho que en prensa puedan decir que no, el objetivo para ellos es ascender. Todos se están metiendo ahí. Y todos quieren conseguirlo. Si todos quieren ascender, ¿por qué nosotros no? Me resisto a decir que no. ¿Cómo un deportista no va a tener el objetivo de ganar cada partido y de subir? 

¿Qué argumentos le hacen creer en que se puede ascender?

Fundamentalmente por ilusión y por juventud. La mayoría de nuestros futbolistas no han estado en la élite. Salvo unos pocos, ninguno. Matan por jugar en Primera División. Hace poco Brugué me contó que lo de la temporada pasada fue un trauma. Menos él, prácticamente todos habían competido en Primera División. Este año tienen tantas ganas… Y a un jugador le cambia tanto competir en Primera División… Si creo que este equipo puede conseguir un ascenso es por ilusión, juventud y talento. Mucho talento.

¿Qué opinión tiene de Calleja?

Es buena persona, es muy buen entrenador y, además, fue un gran jugador. Estamos muy contentos con él, en todos los sentidos. Ojalá pueda estar mucho tiempo con nosotros. Sería la mejor señal para el Levante.

¿Y de Felipe Miñambres?

Es un activo muy importante para nosotros. Ramón Martínez, quien fue Director de Fútbol del Real Madrid durante mucho tiempo, me comentó en navidades que Felipe tiene los tres rasgos que hay que tener para ser un buen director deportivo: ser buena persona, porque en el mundo del fútbol hay de todo, ser muy trabajador y tener criterio. Miñambres trabaja 20 horas al día. Además, tiene entendimiento. Si eres buena persona y eres trabajador, pero después no aciertas, no sirve de nada. Felipe Miñambres es clave para nosotros.